¿Qué relación hay entre el consumo de drogas y las infecciones virales?

Las personas que consumen drogas o tienen conductas de alto riesgo asociadas con las drogas se exponen a contraer o transmitir infecciones virales como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y la hepatitis. Eso se debe a que los virus se transmiten por medio de la sangre y otros líquidos corporales. Por lo general, el contagio ocurre de dos formas: (1) cuando una persona se inyecta drogas y comparte agujas u otros elementos usados para el consumo y (2) cuando las drogas afectan la capacidad de juicio y la persona tiene relaciones sexuales sin protección con una pareja infectada. Esto les puede ocurrir a hombres y mujeres por igual.
El consumo de drogas y la drogadicción han estado inseparablemente ligados con el VIH y el sida desde que el sida se identificó como una enfermedad. De acuerdo con datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada 10 diagnósticos de VIH se da en personas que se inyectan drogas.1 En el 2016, el consumo de drogas inyectables contribuyó a casi el 20% de los casos de VIH registrados en hombres: más de 150,000 pacientes. Entre las mujeres, el 21% de los casos de VIH (aproximadamente 50,000) se atribuyeron al consumo de drogas inyectables.2 Además, las mujeres que contraen el virus pueden transmitirlo a su bebé durante el embarazo, ya sea que consuman drogas o no. También pueden transmitir el VIH al bebé a través de la leche materna.
¿Qué son el VIH y el sida?
VHI es la sigla de virus de inmunodeficiencia humana. Este virus infecta los inmunocitos, llamados células CD4 o células T, que son necesarios para combatir las infecciones. El VIH reduce la cantidad de estas células T en el sistema inmunitario, haciendo que al organismo le resulte más difícil defenderse de infecciones y enfermedades. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, es la fase final de la infección del VIH, cuando el cuerpo es incapaz de defenderse de las enfermedades. Una persona con un sistema inmunitario sano tiene entre 500 y 1,600 células T.
El hecho de estar infectado con el VIH no significa necesariamente que la enfermedad alcanzará la fase del sida. Un paciente recibe el diagnóstico de sida cuando tiene una o más infecciones y el recuento de células T es menor de 200.
En Estados Unidos hay más de 1.1 millón de personas infectadas con el VIH, y se estima que alrededor de 162,500 no saben que han contraído el virus.3 Si bien hay medicamentos que ayudan a evitar la transmisión y propagación del VIH y su progresión al sida, no existe una vacuna contra el virus ni una cura para la enfermedad.

¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar irritación e hinchazón dolorosas. Por lo común la causa una familia de virus: A, B, C, D, and E (en inglés). Cada uno tiene su propia manera de transmitirse entre las personas y su propio tratamiento. El virus de la hepatitis B (VHB) y el de la hepatitis C (VHC) se pueden transmitir al compartir agujas y otros elementos usados en el consumo de drogas. La infección también se puede transmitir por conductas sexuales de riesgo asociadas con el consumo de drogas, si bien esto no es común en el caso de la hepatitis C.
La hepatitis puede llevar a la cirrosis—cicatrices en el hígado— y causar la pérdida de la función hepática. También puede causar cáncer de hígado. En realidad, las infecciones con los virus de la hepatitis B y C son los mayores factores de riesgo de cáncer de hígado en Estados Unidos.4
Existe una vacuna para prevenir la infección de la hepatitis B y medicamentos para tratarla. También hay medicamentos para tratar la hepatitis C (en inglés), pero no existe una vacuna. Algunas personas se recuperan de la infección sin tratamiento. Otras necesitan tomar medicamentos toda la vida y deben estar en observación por el riesgo de insuficiencia hepática y cáncer.
¿Qué efecto tiene el consumo de drogas en los síntomas y el resultado de una infección viral?
El consumo de drogas puede empeorar el avance y los síntomas del VIH, especialmente en el cerebro. Hay estudios que demuestran que las drogas pueden facilitar el ingreso del VIH al cerebro y causar daños más graves a las células nerviosas y problemas de aprendizaje, pensamiento y memoria. Además, el consumo de drogas y alcohol puede dañar directamente el hígado, aumentando el riesgo de una enfermedad hepática crónica o cáncer en las personas infectadas con el virus de la hepatitis B o C.
¿Cómo se puede reducir la propagación de las infecciones virales?
Las formas de reducir el riesgo de contraer o transmitir una infección viral son las siguientes:
- No consumir drogas. Evitar las drogas reduce la posibilidad de participar en comportamientos de riesgo, como compartir elementos para el consumo de drogas y tener relaciones sexuales sin protección: ambas situaciones pueden generar estas infecciones.
- No compartir nunca los elementos que se usan para el consumo de drogas. No obstante, las personas que se inyectan drogas no deben compartir nunca las agujas ni las jeringas. Muchas comunidades tienen programas de servicios de jeringas (SSP) donde es posible obtener gratuitamente agujas y jeringas esterilizadas y deshacerse de los materiales usados en forma segura. Estos programas también pueden referir a las personas a servicios de tratamiento para el trastorno por consumo de drogas y ayudarlas a hacerse pruebas de VIH y hepatitis. Comuníquese con el departamento de salud local o con North American Syringe Exchange Network (NASEN) (Red de intercambio de jeringas de Estados Unidos, en inglés) para encontrar un programa de servicios de jeringas. Además, algunas farmacias podrían vender agujas sin receta médica. Infórmese más sobre cómo deshacerse de esos materiales en forma segura en la hoja informativa Sé inteligente con los elementos punzantes, de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
- Hacerse pruebas de detección de infecciones virales e iniciar tratamiento si el resultado es positivo. Toda persona se inyectan drogas debería hacerse pruebas del VIH y de la hepatitis B y C. Una persona que está infectada puede verse y sentirse bien durante años y tal vez ni siquiera sepa que está infectada. Por lo tanto, la prueba es necesaria para ayudar a evitar la propagación de la enfermedad, independientemente de que la persona esté dentro del grupo de mayor riesgo o forme parte de la población general. Busque tratamiento si lo necesita. Infórmese más sobre las pruebas del VIH en la página Tipos de pruebas del VIH (en inglés) de HIV.gov. Infórmese más sobre la hepatitis en la hoja informativa de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Hepatitis C: Información sobre pruebas y diagnóstico (en inglés).
- Practicar sexo seguro todas las veces. Las personas pueden reducir la posibilidad de transmitir o contraer el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C usando preservativos cada vez que tienen relaciones sexuales. Esto se aplica a quienes consumen drogas y a la población en general.
- Aplicar profilaxis previa a la exposición (PrEP) al VIH. Con esta profilaxis, las personas que tienen un riesgo importante de contraer el VIH toman una dosis diaria de medicamentos contra el virus para evitar infectarse. La investigación ha mostrado que la profilaxis PrEP ha sido eficaz para reducir el riesgo de infección con el VIH de las personas que se inyectan drogas.
- Aplicar profilaxis posterior a la exposición (PEP) al VIH. La profilaxis después de la exposición al virus consiste en tomar medicamentos antirretrovirales para prevenir la infección luego de una posible exposición al VIH. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, este tratamiento se debe iniciar dentro de las 72 horas después de la presunta exposición y solamente debe aplicarse en situaciones de emergencia. Toda persona que crea que ha estado expuesta al VIH recientemente por su actividad sexual, por compartir agujas o por violencia sexual, debe hablar inmediatamente con su médico o con el médico de la sala de emergencias sobre la profilaxis posterior a la exposición. Encontrará más información sobre la profilaxis PEP en la hoja informativa de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), PEP 101.
- Vacunarse contra la hepatitis B. Quienes viven con una persona infectada con hepatitis B o tienen contacto sexual o comparten agujas con una persona con hepatitis B, deben vacunarse para prevenir el contagio. Infórmese más sobre la vacuna en la página Resumen sobre la hepatitis B (en inglés) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
- Obtener tratamiento para el trastorno por consumo de drogas. Hable con un consejero, un médico u otro proveedor de servicios de la salud sobre el tratamiento del trastorno por consumo de drogas, incluidos medicamentos para el trastorno por consumo de opioides. Para encontrar un centro de tratamiento cerca de usted, visite la página de herramientas para la búsqueda de servicios de tratamiento de SAMHSA (Administración de Servicios para el Abuso de Sustancias y la Salud Mental) o el sitio www.hiv.gov. También puede llamar al 1-800-662-HELP (4357). Para obtener más información sobre el tratamiento del trastorno por consumo de drogas.
Infórmese más
Para obtener más información sobre el tratamiento del trastorno por consumo de drogas, visite nuestra página sobre tratamientos.
Para obtener más información sobre el VIH y el sida, incluida información sobre las pruebas de detección y el tratamiento, puede consultar:
- la página del NIDA sobre el VIH y el sida
- HIV.gov (enlace a asistencia en español).
- la página de Información básica sobre el VIH de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)
Puntos para recordar
- Las personas que consumen drogas o tienen conductas de alto riesgo asociadas con las drogas se exponen a contraer o transmitir infecciones virales. Eso se debe a que los virus se transmiten por medio de la sangre y otros líquidos corporales.
- Las infecciones virales más preocupantes relacionadas con el consumo de drogas son el VIH y la hepatitis.
- Las personas pueden contraer o transmitir una infección viral cuando se inyectan drogas y comparten agujas u otros elementos que se usan para el consumo.
- Las drogas también disminuyen la capacidad de juicio y pueden hacer que las personas tomen decisiones riesgosas, como tener relaciones sexuales sin protección.
- Las mujeres que contraen un virus pueden transmitirlo a su hijo durante el embarazo o en la lactancia, ya sea que consuman drogas o no.
- Las personas pueden reducir el riesgo de contraer o transmitir una infección viral si no consumen drogas, aplican la profilaxis previa a la exposición (PrEP) si tienen alto riesgo de infección, aplican la profilaxis posterior a la exposición (PEP) si piensan que han estado expuestas al VIH, se hacen pruebas de VIH y hepatitis C, observan prácticas sexuales más seguras constantemente, se vacunan contra la hepatitis B y reciben tratamiento para el consumo de drogas.
Para ver más información sobre el programa de investigación sobre el sida que lleva a cabo el NIDA, visite la página Programa de investigación sobre el sida (ARP) (en inglés).
Para obtener más información sobre la hepatitis, incluida información sobre las pruebas y el tratamiento, puede consultar:
- Hepatitis viral: una consecuencia muy real del consumo de drogas, en el sitio web del NIDA (en inglés)
- Hepatitis viral, en el sitio web de los CDC (en inglés)
Referencias
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). HIV and Injection Drug Use.; 2017. https://www.cdc.gov/hiv/risk/idu.html
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). HIV Surveillance Report: Diagnoses of HIV Infection in the United States and Dependent Areas, 2017 https://www.cdc.gov/hiv/pdf/library/reports/surveillance/cdc-hiv-surveillance-report-2017-vol-29.pdf
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). HIV in the United States: At A Glance.; 2017. https://www.cdc.gov/hiv/statistics/overview/ataglance.html
- Ly KN, Xing J, Klevens RM, Jiles RB, Ward JW, Holmberg SD. The increasing burden of mortality from viral hepatitis in the United States between 1999 and 2007. Ann Intern Med. 2012;156(4):271-278. doi:10.7326/0003-4819-156-4-201202210-00004
Esta publicación está disponible para su uso y puede ser reproducida, en su totalidad, sin pedir autorización al NIDA. Se agradece la citación de la fuente, de la siguiente manera: Fuente: Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas; Institutos Nacionales de la Salud; Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.