Según el producto particular, las sustancias químicas que se encuentran en los inhalantes pueden producir efectos similares a los del alcohol, los sedantes o las primeras fases de la anestesia.2 Puede haber un subidón de corta duración junto con sensaciones de calor y excitación. Otros efectos pueden incluir mareo, ver las cosas de forma distorsionada o pensamiento desorganizado.
Los efectos secundarios pueden incluir sentirse somnoliento, mareado, agitado, tener la visión borrosa o dolores de cabeza. Si se inhala una cantidad suficiente de la sustancia, casi todos los disolventes y gases pueden producir adormecimiento -una pérdida general de la sensación física- y pueden provocar un estado de inconsciencia.5