Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones médicas crónicas complejas que se pueden tratar y de las que las personas pueden recuperarse. Se diagnostica un trastorno por consumo de sustancias a una persona si presenta dos o más de los síntomas y comportamientos relacionados con el consumo de sustancias que figuran en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5.ª edición, de la Asociación Americana de Psiquiatría.1
Por ejemplo, es posible que consuma las drogas en cantidades mayores o durante más tiempo de lo previsto, que sienta un fuerte deseo de consumirlas (ansia), que continúe con su consumo a pesar de saber que le causa problemas o que experimente síntomas de abstinencia al dejar de consumirlas.2
A una persona que padece un trastorno grave por consumo de sustancias, también conocido como adicción, le resulta muy difícil o incluso imposible controlar su consumo. Obtenga más información sobre los trastornos por consumo de sustancias y la adicción en el sitio web del NIDA.