Un nuevo estudio ha identificado las principales razones por las que algunos médicos pueden ser reacios a intervenir en la adicción. La investigación comprensiva, que extrajo 283 estudios publicados sobre este tema en los últimos 61 años, reveló que el "entorno institucional" era la razón más frecuentemente reportada en estos estudios. "Entorno institucional" se refiere a factores como la falta de apoyo de la institución o el empleador del médico; recursos insuficientes, como la formación y el propio personal; desafíos en la cultura organizativa; y demandas contrapuestas. Esta razón se citó en el 81% de los estudios revisados, seguida por la falta de conocimientos suficientes (74%), la falta de capacidad cognitiva para gestionar un cierto nivel de cuidados (74%) y los conocimientos inadecuados (72%).
Alrededor del 66% de los estudios citaron influencias sociales negativas -o creencias sobre la aceptación pública y comunitaria de la atención a la adicción-, mientras que el 56% de los estudios citaron el miedo a dañar la relación entre el paciente y el médico como factores que disuaden a los médicos de intervenir en la adicción. Según los autores, esto puede representar la manifestación del estigma asociado al trastorno por consumo de sustancias. También se observaron preocupaciones sobre el reembolso del coste de las intervenciones contra la adicción.
Los descubrimientos del estudio apuntan a la necesidad de introducir cambios a nivel institucional para mejorar la adopción de prácticas de tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias basadas en pruebas entre los médicos. Estos cambios incluyen el aumento del apoyo organizativo, la implicación del liderazgo y del personal, y la educación y la formación. El estudio, publicado en JAMA Network Open, fue dirigido y financiado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por su sigla en inglés) de los Institutos Nacionales de la Salud.
"Las personas con trastornos por consumo de sustancias deben poder acceder a una atención compasiva y basada en pruebas en cualquier momento de contacto con un proveedor de cuidados de salud", afirmó la doctora Nora D. Volkow, directora del NIDA. "Para hacer realidad esa visión, los profesionales médicos de todas las disciplinas médicas necesitan una mayor formación, recursos y apoyo en la atención a las personas con adicción, de modo que se sientan preparados para ofrecer de forma proactiva la prevención, la detección, el tratamiento, la reducción de daños y otras herramientas que pueden ayudar a salvar vidas."
A pesar de la existencia de intervenciones eficaces para tratar los trastornos por consumo de sustancias, incluidos los medicamentos y las terapias conductuales, la adopción de estas prácticas sigue siendo baja y la demanda supera la capacidad de tratamiento (en inglés). En 2022, casi 49 millones de personas (en inglés) en los Estados Unidos padecían al menos un trastorno por consumo de sustancias, pero sólo alrededor de una cuarta parte (13 millones de personas) (en inglés) recibieron tratamiento durante ese año. Más de 9 millones de adultos (en inglés) necesitaron tratamiento para el trastorno por consumo de opioides en 2022, pero menos de la mitad (alrededor del 46%) recibió algún tipo de tratamiento, y sólo el 25% recibió medicamentos para el trastorno por consumo de opioides. Aunque los recientes cambios en la política federal (en inglés) han reducido las barreras al tratamiento de la adicción, lo que ha contribuido a aumentar el número de prescriptores del medicamento para el trastorno por consumo de opioides llamada buprenorfina (en inglés), entre otros, esto aún no se ha materializado en un mayor número de pacientes que reciban tratamiento.
Para comprender mejor los factores que limitan el acceso al tratamiento, los investigadores revisaron estudios realizados entre 1960 y 2021 centrados en las barreras descritas por los médicos para adoptar prácticas basadas en la evidencia para la adicción. Los investigadores extrajeron estudios de este periodo de 61 años para garantizar que la recopilación de datos fuera exhaustiva, aunque señalan que aproximadamente el 97% de los estudios se publicaron en 2000 o después, y que el número de estudios aumentó con el tiempo. Los estudios analizados -la mayoría de los cuales incluían datos de encuestas- procedían de diversas bases de datos de literatura científica, y los datos incluían opiniones de 66.732 médicos, principalmente de medicina general, medicina interna y medicina de familia. El alcohol, la nicotina y los opioides fueron las sustancias más estudiadas, y la detección y el tratamiento fueron las intervenciones más estudiadas.
El estudio también examinó los factores que facilitan la intervención de los médicos en la adicción y sugiere los beneficios potenciales de los esfuerzos de divulgación en la comunidad, los materiales educativos para pacientes y familiares y las campañas de salud pública que promueven un lenguaje no estigmatizante.
Los investigadores realizaron este estudio utilizando protocolos estándar de revisión sistemática. Señalan que muchos de los estudios no utilizaron ni informaron de las mejores prácticas en el desarrollo de encuestas y que se observaron incoherencias en la terminología y los informes. Por esta razón, los autores afirman que una futura dirección para esta área debería centrarse en el desarrollo de estudios de alta calidad que aborden estas limitaciones.
"Desarrollar nuevos tratamientos contra la adicción es crucial, pero es igualmente importante estudiar rigurosamente cómo aplicar estos tratamientos para que puedan aplicarse en la consulta del médico y llegar a las personas que los necesitan", afirmó el subdirector del NIDA, el doctor Wilson M. Compton, autor principal del estudio. "Los resultados de la encuesta nos han ayudado a comprender mejor el panorama del tratamiento, por lo que el siguiente paso es evaluar formas de cambiar el comportamiento y las actitudes en torno a la aplicación del tratamiento de la adicción, con el objetivo de derribar las barreras a la atención de la adicción que necesitan las personas."
A medida que las prácticas de tratamiento evolucionan a lo largo del tiempo, los autores también recomiendan que los futuros estudios examinen en profundidad la función del estigma en la limitación de la aplicación del tratamiento (en inglés), así como que exploren los efectos no deseados de una mayor intervención del médico, como la tensión en la relación entre el médico y el paciente, la menor oportunidad para que el médico atienda otras necesidades de atención de salud del paciente debido a que se centra en la adicción, y la posibilidad de que los pacientes se enfrenten a interacciones estigmatizantes con otros proveedores de cuidados de salud debido a la documentación más amplia de su diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias.
Si usted o alguien que conoce está pasando por una situación difícil o de crisis, hay ayuda disponible. Llame o envíe un mensaje de texto al 988 o chatee por internet en 988lifeline.org/es. Para saber cómo obtener apoyo para problemas de salud mental, drogas o alcohol, visite FindSupport.gov. Si está listo para localizar un centro o proveedor de tratamiento, puede ir directamente a FindTreatment.gov (en inglés) o llamar al 800-662-HELP (4357).
Referencia:
- M. Campopiano von Klimo, et al. Physician Reluctance to Intervene in Addiction: A Systematic Review. [LINK] JAMA Network Open. DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2024.20837 (2024).
Acerca del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA): El NIDA es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El NIDA apoya la mayor parte de la investigación a nivel mundial sobre los aspectos de salud relacionados con el consumo de drogas y la adicción. El Instituto lleva a cabo una gran variedad de programas para informar a la política, mejorar la práctica y avanzar en la ciencia de la adicción. Para más información sobre el NIDA y sus programas, visite https://nida.nih.gov/es/
Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): Los NIH, la agencia de investigación médica del país incluye 27 Institutos y Centros y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Los NIH son la agencia federal principal que conduce y apoya la investigación médica básica, clínica y traslacional, y están investigando las causas, los tratamientos y las curas de enfermedades tanto comunes como raras. Para más información sobre los NIH y sus programas, visite www.salud.nih.gov
Acerca de los trastornos por consumo de sustancias: Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones crónicas y tratables de las cuales las personas se pueden recuperar. En 2022, más de 49 millones de personas en los Estados Unidos padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias. Los trastornos por consumo de sustancias se definen en parte por el consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. También es un trastorno recurrente, en el que los periodos de abstinencia (no consumir sustancias) pueden ir seguidos por un regreso al consumo. El estigma puede hacer que las personas con trastornos por consumo de sustancias sean menos propensas a buscar tratamiento. Utilizar el lenguaje preferido puede ayudar a informar con precisión sobre el consumo de sustancias y la adicción. Vea la guía del NIDA disponible en línea.
NIH… Transformación de Descubrimientos en Salud