Puntos destacados
- Las drogas psicodélicas y disociativas pueden cambiar de manera temporal el estado de ánimo, los pensamientos y las percepciones que tiene una persona. Entre otros efectos en la salud y problemas de seguridad, las personas que consumen estas sustancias declaran sentir emociones fuertes que pueden ir de la alegría al miedo y experimentar cambios enormes en su forma de percibir la realidad.
- En los últimos años, se ha registrado un aumento del interés de los investigadores sobre la posibilidad de que las drogas psicodélicas y disociativas sirvan para tratar afecciones médicas, incluidos los trastornos mentales. Cada vez más personas declaran haber consumido estas drogas de manera recreativa e independiente del uso médico, con el objetivo de mejorar su bienestar o para la exploración espiritual o personal.
- El NIDA apoya y realiza investigaciones para comprender mejor los efectos en la salud de las drogas psicodélicas y disociativas y para saber si algunas de estas drogas pueden ayudar a tratar los trastornos por consumo de sustancias en entornos médicos.
Las drogas psicodélicas y disociativas pueden cambiar de manera temporal el estado de ánimo, los pensamientos y las percepciones de la realidad de una persona.1 Entre otros efectos en la salud y problemas de seguridad, las personas que consumen drogas psicodélicas y disociativas declaran sentir emociones fuertes, que varían entre una felicidad intensa y un sentimiento de conectividad hasta el miedo, la ansiedad y la confusión.2,3 Las personas que consumen este tipo de drogas también declaran haber tenido visiones o sensaciones intensas o distorsionadas.1
Muchas drogas psicodélicas se derivan de plantas y hongos, y algunos se han utilizado desde hace miles de años en rituales tradicionales o religiosos. Algunas drogas psicodélicas y disociativas también son sintéticas (fabricadas en laboratorio).2 Las personas indican consumir drogas psicodélicas y disociativas por diversas razones, como la búsqueda de experiencias nuevas, divertidas, curativas o espirituales.1,3
El NIDA realiza y apoya investigaciones sobre drogas psicodélicas y disociativas para ayudar a informar las políticas y decisiones de salud en relación con su uso. Los investigadores también estudian si algunas de estas sustancias pueden servir como tratamientos eficaces para los trastornos mentales, incluida la adicción, cuando se administran en un entorno clínico.4,5
Los investigadores debaten sobre cómo describir y clasificar las drogas psicodélicas y disociativas y otras drogas con propiedades similares, generalmente suelen agrupar estas drogas según cómo actúan en el cerebro.3 Algunas personas utilizan el término "alucinógenos" para referirse a todas o a algunas drogas psicodélicas y disociativas.
Drogas psicodélicas | Drogas disociativas | Otras drogas |
---|---|---|
Drogas que principalmente afectan a la forma en que el cerebro procesa la sustancia química llamada serotonina. Pueden provocar visiones vívidas y afectar el sentido de sí mismo de una persona.2 Incluye: psilocibina, LSD, DMT, mescalina, NBOMes | Drogas que principalmente afectan al modo en que el cerebro procesa la sustancia química llamada glutamato. Estas drogas pueden hacer que las personas se sientan desconectadas de su cuerpo y de su entorno.6 Incluye: ketamina, PCP | Drogas como la MDMA,7 la ibogaína8 y la salvia9 afectan a varias funciones del cerebro para provocar efectos psicodélicos y/o disociativos. |
Todas estas sustancias tienen efectos que alteran la mente y pueden provocar cambios en los procesos de pensamiento, el estado de ánimo y la percepción de la realidad.3,7,8,9 |
Las drogas psicodélicas (también llamadas "psicodélicas clásicas" o "psicodélicas"), incluidas la psilocibina y el ácido lisérgico (LSD, por su sigla en inglés), interaccionan principalmente con receptores específicos, que son estructuras moleculares del cerebro. Conocidos como receptores 5-hidroxitriptamina (5-HT2A, por su sigla en inglés), son receptores del neurotransmisor (mensajero químico) serotonina. Con ciertas dosis, los psicodélicos pueden provocar visiones o sensaciones vívidas, alterar el sentido de sí mismo de una persona y promover sentimientos de comprensión o conexión.10
Las drogas disociativas, incluidas la ketamina y la fenciclidina (PCP, por su sigla en inglés), bloquean la acción de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA). Éstos forman parte del sistema cerebral de transporte del glutamato, otro neurotransmisor. Aunque las drogas disociativas pueden alterar la percepción, también suelen hacer que las personas se sientan desconectadas de su cuerpo y de su entorno.6
Otras drogas como la MDMA, la ibogaína y la salvia actúan sobre diversas funciones cerebrales para provocar efectos psicodélicos o disociativos. Para más información, consulte "¿Cómo actúan las drogas psicodélicas y disociativas en el cerebro?".
El NIDA apoya y realiza investigaciones sobre los efectos a corto y largo plazo en la salud de las drogas psicodélicas y disociativas para informar mejor las políticas y decisiones de salud relacionadas con su uso. Aunque la investigación está en curso, los estudios científicos han revelado información importante sobre el funcionamiento de estas drogas:
- Los efectos varían mucho. Los efectos de las drogas psicodélicas y disociativas pueden ser difíciles de predecir y dependen de muchos factores. Entre ellos se incluyen la cantidad consumida y la potencia (concentración y fuerza), así como la biología propia de cada persona, la edad, el sexo, la personalidad, el estado de ánimo, las expectativas, la mentalidad -conocido en inglés como "set"- y el entorno o "setting".3,11 Consumir drogas psicodélicas y disociativas que contienen sustancias contaminantes o utilizarlas en combinación con otras sustancias también puede producir efectos que no estén asociados con el consumo de estas drogas de manera individual.12
- Las drogas psicodélicas y disociativas alteran temporalmente el pensamiento, el estado de ánimo y la percepción de la realidad. Las personas que consumen estas sustancias declaran sentir emociones fuertes, que van desde una felicidad intensa y un sentimiento de conexión hasta el miedo, la ansiedad y la confusión.1,3 Muchas personas que consumen drogas psicodélicas, como la psilocibina y el LSD, declaran haber visto figuras, colores y escenas vibrantes y haber revivido recuerdos vívidos.10 Las personas que consumen drogas disociativas, como la ketamina y la PCP, describen haber experimentado visiones y oídos distorsionados.6
- Las drogas disociativas pueden hacer que las personas se sientan "desapegadas". Muchas personas que consumen drogas disociativas afirman sentirse como si estuvieran flotando o desconectadas de su cuerpo.13
- Las personas pueden experimentar efectos adversos en su salud. Los efectos secundarios físicos de estas sustancias, como dolor de cabeza, náuseas o cambios en el ritmo del corazón no suelen poner en peligro la vida.14 Sin embargo, las drogas fabricadas o procesadas ilícitamente pueden estar contaminadas con fentanilo sin color ni olor u otras sustancias peligrosas que pueden provocar efectos adversos graves, como la sobredosis y la muerte.15 Las drogas psicodélicas o disociativas también pueden producir efectos psicológicos adversos o debilitantes como el miedo o la ansiedad.3,16 La investigación está en curso para comprender mejor los efectos a corto y largo plazo a la salud de las drogas psicodélicas y disociativas. Para más información, consulte "¿Son seguras las drogas psicodélicas y disociativas?".
- El consumo de drogas psicodélicas y disociativas se ha relacionado con lesiones y comportamientos de peligro. Las personas que consumen estas drogas pueden experimentar fallos en los procesos de pensamiento y percepción que los llevan a comportarse de forma poco habitual y, en ocasiones, peligrosa. Esto puede provocar lesiones y otros problemas de seguridad, en particular si no hay otra persona presente que pueda ayudar a prevenir o responder a una emergencia.14 Para más información, consulte "¿Son seguras las drogas psicodélicas y disociativas?"
Se necesitan más estudios para comprender mejor como actúan las drogas psicodélicas y disociativas. Aunque los investigadores debaten como describir y clasificar cada una de estas drogas, generalmente las agrupan en función de lo que se sabe sobre su funcionamiento en el cerebro. Comprender mejor estos mecanismos es un área activa de la investigación financiada por el NIDA. Esta investigación básica desempeña una función importante en la identificación de sus efectos en la salud y sus posibles usos terapéuticos.
Aunque se sigue investigando, los estudios sugieren que las drogas psicodélicas -como la psilocibina, el LSD y el DMT- afectan principalmente a los receptores 5-HT2A del cerebro, que normalmente son activados por la neurotransmisora (mensajera química) serotonina.10
Las investigaciones sugieren que los efectos psicodélicos más destacados se derivan de la actividad en el córtex prefrontal del cerebro, una zona que participa en el estado de ánimo, la cognición y la percepción.17,18 Las drogas psicodélicas también interrumpen brevemente la comunicación entre diferentes regiones cerebrales, incluidas las regiones conocidas en conjunto como la red de modos por defecto (DMN, por su sigla en inglés). La DMN está más activa durante la actividad cerebral relacionada con la autoconciencia, como reflexionar sobre acontecimientos pasados o la formulación de planes.19 Esto puede explicar por qué las drogas psicodélicas pueden hacer que los pensamientos de una persona sean menos egocéntricos y más expansivos, promoviendo una sensación de conexión con los demás y con el mundo.10
Las drogas disociativas, como la ketamina y la PCP, también afectan el equilibrio de ciertas sustancias químicas en el cerebro.6 Algunos de estos cambios conducen a la alteración de la percepción, así como a la sensación de estar desconectado tanto del cuerpo como del entorno.20 La ketamina y la PCP alteran las acciones de la sustancia química cerebral glutamato en un tipo de receptor llamado receptor N-metil-D-aspartato (NMDA).6 El glutamato desempeña una función importante en el aprendizaje y la memoria, la emoción y la percepción del dolor.7
Los investigadores también están investigando otras drogas a veces clasificadas como psicodélicas y disociativas, como la MDMA, y el modo en que actúan en el cerebro. La MDMA estimula el cerebro para que libere serotonina y active de forma débil los receptores de serotonina en el cerebro, produciendo algunos efectos alteradores de la mente asociados a las drogas psicodélicas. La MDMA también aumenta la actividad de otros neurotransmisores, como la dopamina y la norepinefrina, que intervienen en el estado de ánimo y la atención.7
Otras drogas que producen efectos asociados a las drogas psicodélicas y disociativas funcionan de forma diferente. Por ejemplo, la salvia activa los receptores opioides kappa en el cerebro,21 mientras que la ibogaína afecta a diversos receptores cerebrales.8
El NIDA realiza y apoya investigaciones sobre drogas psicodélicas y disociativas para ayudar a informar las políticas y decisiones de salud relacionadas con su uso. Esta investigación incluye esfuerzos para comprender mejor los efectos en la salud de las drogas psicodélicas y disociativas, cómo actúan en el cerebro las sustancias químicas que contienen -o son similares a- estas drogas, y si pueden ser capaces de tratar los trastornos por consumo de sustancias y otras afecciones. El NIDA también financia la investigación de por qué y cómo consumen estas sustancias las personas.
En junio de 2022, la Oficina de Iniciativas Traslacionales e Innovaciones de Programas del NIDA también anunció un nuevo programa (en inglés) para apoyar a las empresas pequeñas en el desarrollo de terapias basadas en psicodélicos para los trastornos por consumo de sustancias.
Junto con otras agencias, el NIDA también apoya importantes esfuerzos de coordinación en este campo en evolución, como el taller de 2022 Psychedelics as Therapeutics (en inglés) copatrocinado por el Instituto Nacional de la Salud Mental y el Instituto Nacional sobre el Consumo de Alcohol y Adicciones.
Consulte los proyectos financiados por el NIDA relacionados con las drogas psicodélicas y disociativas (en inglés), y obtenga más información sobre los ensayos clínicos (en inglés) relacionados.
Las personas declaran consumir drogas psicodélicas y disociativas por diversas razones. Las personas pueden consumirlas por sus efectos que alteran la mente y el estado de ánimo, por recreación o para tener una experiencia emocional o espiritual. Las personas también afirman consumir estas drogas con la esperanza de mejorar su salud mental o su bienestar o de aliviar el dolor o el estrés, pero se necesita más investigación para determinar su eficacia para estos propósitos.1,3,22
Algunas drogas psicodélicas se derivan de plantas y hongos con una larga historia de uso en muchas culturas diferentes alrededor del mundo.23 Los chamanes aztecas utilizaban la psilocibina en rituales curativos y algunas tribus nativas americanas usaban el peyote desde el año 5.700 a.c. dentro de ceremonias religiosas.24 Se han descubierto referencias al consumo de drogas psicodélicas en textos antiguos de la India y Grecia.2
Más recientemente, los investigadores están explorando el uso de drogas psicodélicas y disociativas en entornos médicos como tratamientos para los trastornos por consumo de sustancias y para otros trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático (PTSD, por su sigla en inglés).4,25
Aunque se necesita más investigación, la incidencia comunicada de efectos adversos graves por el uso supervisado profesionalmente de ciertas drogas psicodélicas y disociativas, como en los ensayos clínicos, es relativamente baja.2,10,11,26 Sin embargo, muchos estudios clínicos anteriores sobre estas drogas no han evaluado ni comunicado de manera adecuada los efectos adversos.27
La mayoría de las personas que declaran consumir drogas psicodélicas y disociativas lo hacen fuera de entornos médicos o de investigación.1,28 Aunque también es necesario seguir investigando para comprender mejor el impacto en la salud y la seguridad del consumo típico de estas drogas, se han identificado algunos efectos adversos graves y ciertos problemas de seguridad.14,27
- Los efectos varían mucho. Los efectos de las drogas psicodélicas y disociativas pueden ser difíciles de predecir y dependen de muchos factores. Entre ellos se incluyen la cantidad ingerida y la potencia (concentración y fuerza), así como la edad de la persona, su biología única, su sexo, su personalidad, su historial de consumo de drogas, su estado de ánimo, sus expectativas, su mentalidad y su entorno (a veces denominado "set y setting").3,10,11 El consumo de drogas psicodélicas y disociativas que contienen contaminantes o su uso en combinación con otras sustancias también puede producir efectos no asociados con el consumo de estas drogas de manera aislada.12,13,15
- Los efectos secundarios físicos a corto plazo suelen ser leves o moderados, pero pueden requerir atención profesional. Las personas que consumen drogas psicodélicas o disociativas pueden experimentar efectos secundarios a corto plazo como dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas o vómitos, hipertensión, aceleración de los latidos del corazón, temblores y diarrea.4,29 Suelen ser leves o moderados pero es posible que requieran atención médica.30 Es importante destacar que los casos notificados de efectos secundarios probablemente representan sólo un número muy pequeño de personas que consumen drogas psicodélicas o disociativas, y la mayoría de las personas que consumen estas drogas no requieren servicios de urgencias.
- Aun así, los datos relacionados pueden aportar información sobre los efectos secundarios que pueden llevar a las personas a buscar ayuda. Por ejemplo, según los datos de la línea directa de control de intoxicaciones de los Estados Unidos entre 2000 y 2016, los efectos negativos a corto plazo más comunes experimentados por las personas que llamaron por consumir LSD y psilocibina fueron agitación, aceleración de los latidos del corazón, dilatación de las pupilas, confusión y vómitos. Un análisis de estos datos descubrió que alrededor del 17% de estas personas que llamaron (600 personas) que habían consumido LSD y el 6% de las personas que llamaron (363 personas) que habían consumido hongos de psilocibina fueron ingresadas en cuidados intensivos.31
- Las reacciones adversas incluyen el miedo y la ansiedad. Las personas también pueden sentir emociones extremas como miedo, confusión o pánico. Estas experiencias difíciles también se conocen como tener un "mal viaje".32 La investigación sobre el alcance de estas experiencias y su impacto en la salud es limitada, en parte porque las definiciones y los informes sobre estas experiencias varían.
- El consumo de drogas psicodélicas y disociativas se ha relacionado con lesiones y comportamientos de peligro. Las personas que consumen estas drogas pueden experimentar fallos en los procesos de pensamiento y percepción que los llevan a comportarse de forma poco habitual y, en ocasiones, peligrosa. Esto puede provocar lesiones y otros problemas de seguridad, sobre todo si no hay nadie más presente que pueda ayudar a prevenir o responder a una emergencia.14 En una encuesta realizada a casi 2.000 personas que tomaron psilocibina fuera de un entorno médico y tuvieron una experiencia desafiante, el 11% dijo que se habían puesto ellos mismos o a otras personas en riesgo de sufrir daños.33 Se necesitan más investigaciones para comprender mejor el impacto de las drogas psicodélicas y disociativas en la conducción de vehículos, el manejo de maquinaria pesada o la realización de otras tareas que podrían resultar peligrosas en estado de embriaguez.
- Existen nuevas pruebas que sugieren que ciertas drogas psicodélicas y disociativas pueden contener sustancias adulterantes peligrosas. Para más información, consulte "¿Pueden las drogas psicodélicas y disociativas estar adulteradas con fentanilo y otros contaminantes peligrosos?".
- Las sobredosis con resultado de muerte y los efectos adversos graves raramente se asocian con el consumo típico de drogas psicodélicas y disociativas de uso común.14,34,35 Un análisis de múltiples estudios realizado en 2004 estimó que tanto la psilocibina como el LSD tienen un índice de seguridad de 1000, lo que significa que la dosis letal de cualquiera de las dos drogas es unas 1000 veces mayor de lo que una persona usualmente consumiría para uso no médico.36 Sin embargo, algunas drogas psicodélicas y disociativas -incluidos los NBOMes,37,38 la ibogaína39 y el PCP40- se han asociado a un número limitado de muertes y efectos adversos graves a la salud. Aunque se necesita más investigación, las pruebas existentes hasta el momento demuestran que las sobredosis mortales relacionadas con estas sustancias suelen estar asociadas al consumo de dosis muy elevadas o a la combinación de drogas, en particular a la combinación de estas sustancias con alcohol, o al uso de medios de sujeción física en exceso mientras se muestra un comportamiento inseguro.16 Se necesita más investigación para comprender en qué grado ciertas drogas psicodélicas y disociativas pueden mezclarse con contaminantes (como el fentanilo) los cuales pueden provocar una sobredosis. Para más información, consulte "¿Pueden las drogas psicodélicas y disociativas estar adulteradas con fentanilo y otros contaminantes peligrosos?".
- Las interacciones entre medicamentos pueden influir en los efectos. Aunque se necesitan más estudios en este campo y los casos registrados son extremadamente raros, algunos investigadores sospechan que las drogas psicodélicas pueden interactuar con otras drogas o medicamentos que haya consumido una persona, incluidos los medicamentos recetados que también aumentan los niveles de la hormona serotonina en el cerebro. El exceso de serotonina en el cerebro se denomina toxicidad de la serotonina o síndrome de la serotonina. Los síntomas suelen ser leves, pero en casos raros pueden poner en peligro la vida.41,42
- El consumo de algunas drogas psicodélicas y disociativas raramente causa una afección llamada trastorno de percepción persistente por alucinógenos (HPPD, por su sigla en inglés). Algunas personas declaran volver a percibir las mismas imágenes o escenas y tener los mismos cambios de humor que experimentaron cuando estaban bajo los efectos de una droga psicodélica o disociativa en el pasado. Estas percepciones, o "flashbacks", son típicamente leves y breves, duran segundos o minutos y ocurren en el plazo de una semana después de haber consumido una sustancia.43 Sin embargo, las personas con HPPD informan de que estos episodios duran más tiempo y pueden reaparecer incluso años después de una experiencia con una sustancia, causando angustia y otros problemas que afectan a sus vidas.44,45 La investigación sobre el HPPD hasta ahora es limitada y se ha basado principalmente en informes propios sobre los tipos y dosis de las drogas que se cree que han causado estos síntomas. Se necesita más investigación para evaluar cómo y por qué se produce la HPPD y para descubrir formas de ayudar a prevenirla y tratarla.
- Algunas drogas psicodélicas y disociativas se han asociado a ciertos problemas de salud específicos de largo plazo. Las investigaciones muestran que el uso prolongado de ketamina puede causar uropatía inducida por ketamina, una afección tratable pero potencialmente grave que provoca síntomas similares a los de una infección del tracto urinario.46 Investigaciones limitadas también sugieren que el consumo de MDMA (que algunos consideran que tiene propiedades psicodélicas) puede estar asociado a una valvulopatía cardiaca (en inglés) leve o moderada, en la que una o más de las cuatro válvulas que controlan el flujo sanguíneo del corazón no funcionan con normalidad.47 En un análisis de estudios realizados entre 2015 y 2020, el consumo de ibogaína se asoció con el síndrome de QT largo, en el que los impulsos eléctricos que controlan los latidos del corazón funcionan de forma irregular.48
- La investigación sobre los efectos a largo plazo en la salud mental de las drogas psicodélicas y disociativas está en curso. Se necesita más investigación para comprender mejor los efectos a largo plazo de las drogas psicodélicas y disociativas en la salud mental. En la actualidad, las complicaciones para la salud mental derivadas de las drogas psicodélicas y disociativas son extremadamente raras en los entornos de investigación clínica, en parte porque estos estudios están muy controlados y se examina a los participantes para detectar enfermedades mentales existentes.32 Para más información, consulte "¿Cuál es la relación entre las drogas psicodélicas y disociativas y las enfermedades mentales?"
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) ha aprobado el derivado de la ketamina llamado esketamina (bajo la marca Spravato®) como tratamiento para la depresión grave en pacientes que no responden a otros tratamientos.49 La FDA también ha concedido la designación de Terapia Innovadora (en inglés) a dos formulaciones de psilocibina que se están estudiando como posibles tratamientos médicos para la depresión.
El NIDA apoya y realiza investigaciones para saber si algunos de estos medicamentos pueden ayudar a tratar los trastornos por consumo de sustancias en entornos médicos.
Aunque los científicos aún están estudiando sus efectos, las investigaciones sugieren que algunas drogas psicodélicas y disociativas pueden promover cambios positivos en el pensamiento y el estado de ánimo.3 Los investigadores han sugerido que estos efectos, incluidos los cambios en las funciones cerebrales que promueven la disposición a nuevos pensamientos y experiencias, pueden ser valiosos para complementar el tratamiento de la salud mental.50 La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado el derivado de la ketamina llamado esketamina (bajo la marca Spravato®) como tratamiento para la depresión grave en pacientes que no responden a otros tratamientos. La FDA también ha concedido la designación de Terapia Innovadora (en inglés) a dos formulaciones de psilocibina que se están estudiando como posibles tratamientos médicos para la depresión.
Aunque los cambios de humor positivos y negativos a corto plazo son comunes con las drogas psicodélicas y disociativas, se necesita más investigación para comprender mejor los efectos a largo plazo que estas sustancias pueden tener en la salud mental.
Existen algunas pruebas de que las drogas psicodélicas podrían provocar o desencadenar enfermedades similares a la esquizofrenia en personas con factores predisponentes, pero hay pocas pruebas de que causen problemas psiquiátricos a largo plazo en la mayoría de las personas. En un estudio de 1996 en el que se administró LSD a personas con psicosis preexistentes, tres de los 65 participantes experimentaron un empeoramiento persistente de sus síntomas psiquiátricos que duró entre 3 y 8 meses.51
En la investigación psicodélica moderna, como precaución, se excluye de la participación a los participantes con psicosis o trastorno bipolar diagnosticados previamente, y a veces con otras enfermedades mentales. En estas condiciones, la probabilidad de psicosis o suicidio entre las personas que participan en investigaciones con drogas psicodélicas, o que las reciben como medicamento, es extremadamente baja.52 Un análisis de 34 estudios clínicos sobre el LSD, la psilocibina o la ayahuasca, publicados entre 2006 y 2020 y en los que participaron 549 personas, no encontró pruebas de efectos adversos a largo plazo.26 Sin embargo, los resultados negativos para la salud mental pueden ser más probables fuera del uso clínico.14
Las investigaciones sugieren, a pesar de todo, que las drogas disociativas PCP41 y ketamina53 pueden empeorar los síntomas en personas que padecen esquizofrenia, y pueden causar episodios de psicosis a corto plazo, en los que una persona experimenta alucinaciones y delirios, y tiene problemas para distinguir lo que es real de lo que no lo es. La fenciclidina también puede causar psicosis que dura de días a semanas.6,54 Aunque no está claro si la ketamina aumenta el riesgo de psicosis a largo plazo, las personas que consumen ketamina de forma regular y recreativa tienen más probabilidades de experimentar delirios, incluso después de semanas de abstinencia.55 Los estudios en animales demuestran que el consumo a largo plazo de PCP o ketamina puede provocar cambios cerebrales parecidos a los que se observan en las personas con esquizofrenia.56
Un análisis descubrió tasas más elevadas de ideación suicida (en inglés) -pensar en el suicidio, considerarlo o planearlo- pero no de intento de suicidio o realización del mismo, en las personas que tomaron esketamina, un derivado de la ketamina, en comparación con la venlafaxina, un medicamento antidepresivo.57 En otro análisis de 25 estudios, el consumo de ketamina sin supervisión médica se asoció a síntomas relacionados con el trastorno por consumo de sustancias, pérdida de memoria, depresión y ansiedad.58
Cada vez se descubre con más frecuencia que muchas drogas fabricadas o procesadas ilícitamente contienen contaminantes que producen efectos -incluidas la sobredosis y la muerte- no asociados con la sustancia o la cantidad de sustancia que una persona pretendía tomar.28,59 La adulteración de la heroína, la cocaína y otras drogas con fentanilo altamente potente y sustancias relacionadas es uno de los principales responsables del aumento de muertes por sobredosis.60 Dado que el fentanilo y las sustancias relacionadas no tienen color ni olor, resultan difíciles de detectar sin pruebas químicas. Esto significa que la adulteración de drogas psicodélicas y disociativas con fentanilo y compuestos similares es posible, pero se necesita más investigación para comprender hasta qué punto ocurre. Algunas organizaciones están utilizando prácticas de reducción de daños para ayudar a evitar muertes por sobredosis relacionadas con la posible adulteración de ciertas drogas psicodélicas y disociativas, en particular las que se consumen en forma de pastilla, polvo o líquido.15
Los efectos de las drogas psicodélicas y disociativas durante el embarazo no se conocen bien, ya que los datos son limitados. El consumo de PCP durante el embarazo se ha relacionado con una serie de anormalidades congénitas en los sistemas cardíaco, pulmonar, urinario, cardiovascular, respiratorio, urinario y musculoesquelético (en inglés) del bebé.61 Algunos estudios de laboratorio y epidemiológicos sugieren que la MDMA (considerada por algunos como poseedora de propiedades psicodélicas) puede causar retrasos motores y anormalidades congénitas (en particular defectos cardíacos) en los bebés expuestos a ella durante el embarazo.62,63
Para ser diagnosticada de un trastorno por consumo de sustancias, una persona debe cumplir unos criterios diagnósticos específicos de consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5, por su sigla en inglés) -un texto de referencia que los profesionales utilizan para diagnosticar los trastornos por consumo de sustancias y otros trastornos psiquiátricos- incluye diagnósticos de trastorno por consumo de fenciclidina (PCP) y "trastorno por consumo de otros alucinógenos"64,65 pero no incluye diagnósticos de trastorno por consumo de sustancias relacionados con otras drogas psicodélicas y disociativas específicas.
Investigaciones limitadas sugieren que el consumo de drogas psicodélicas, como la psilocibina y el LSD, no suele provocar adicción.1,35 Los investigadores creen que una de las razones puede ser que las personas suelen experimentar efectos secundarios desagradables al tomar estas sustancias, como dolores de cabeza y náuseas, lo que reduce su deseo de volver a tomarlas.66
Un estudio pequeño de laboratorio publicado sobre la psilocibina, la DMT y la mescalina sugirió que estas drogas psicodélicas son "débilmente reforzantes", lo que indica que no es probable que su consumo provoque un trastorno por consumo de sustancias.67 Sin embargo, algunas pruebas sugieren que las personas pueden desarrollar rápidamente una tolerancia a las drogas psicodélicas, lo que significa que deben seguir tomando más cantidad de la droga para experimentar el mismo nivel de efectos.24
Aunque se necesita más investigación, la investigación de laboratorio y unos pocos estudios en humanos sugieren que el uso de la droga disociativa ketamina fuera de un entorno clínico puede provocar deseos de consumirla, así como síntomas de abstinencia.68
El NIDA realiza y apoya investigaciones para comprender mejor con qué frecuencia y en qué medida las personas experimentan tolerancia, abstinencia y otros síntomas de trastornos por consumo de sustancias relacionados con el uso de drogas psicodélicas y disociativas.
La información sobre el consumo de drogas psicodélicas y disociativas se obtiene a través de varias encuestas nacionales. Estas encuestas utilizan los términos "alucinógeno" y "trastorno por consumo de alucinógenos" y los datos de dichas encuestas se presentan a continuación.
¿Cuántas personas consumen alucinógenos*?
Entre las personas de 12 años o más en 2021, el 2,6% (o unos 7,4 millones de personas) declararon haber consumido alucinógenos en los últimos 12 meses.
Fuente: Encuesta nacional sobre el consumo de drogas y la salud de 2021 (en inglés)
¿Cuántos estudiantes jóvenes consumen alucinógenos**?
Entre las personas jóvenes en 2022:
- Se estima que el 1,2% de los alumnos de 8º grado, el 2,1% de los de 10º grado y el 4,4% de los de 12º grado declararon haber consumido algún alucinógeno* (en inglés) en los últimos 12 meses.
- Se estima que el 0,6% de los alumnos de 8º grado, el 1,3% de los de 10º grado y el 2,5% de los de 12º grado declararon haber consumido LSD (en inglés) en los últimos 12 meses.
- Se estima que el 1% de los alumnos de 8º grado, el 1,6% de los de 10º grado y el 3,4% de los de 12º grado declararon haber consumido alucinógenos distintos del LSD (en inglés) en los últimos 12 meses.
- Se calcula que el 0,6% de los alumnos de 8º grado, el 0,7% de los de 10º grado y el 1,4% de los de 12º grado declararon haber consumido MDMA (en inglés).
- Se estima que el 1,2% de los alumnos de 12º grado declararon haber consumido ketamina (en inglés) en los últimos 12 meses.
- Se estima que el 0,8% de los alumnos de 8º grado, el 0,8% de los de 10º grado y el 0,8% de los de 12º grado declararon haber consumido salvia (en inglés) en los últimos 12 meses.
Fuente: Encuesta 2022 Monitoring the Future (en inglés)
¿Cuántos adultos jóvenes consumen alucinógenos?
Entre los adultos jóvenes de 19 a 30 años en 2021:
- Se estima que un 8% declaró consumir algún alucinógeno*, lo que representa una cifra histórica desde que se encuestó por primera vez esta categoría en 1988.
Fuente: 2021 Monitoring the Future Panel Study Annual Report (en inglés)
¿Cuántas personas padecen un trastorno por consumo de alucinógenos?
Entre las personas de 12 años o más en 2020, el 0,2% (o unas 493.000 personas) tuvieron un trastorno por consumo de alucinógenos en los últimos 12 meses.
Fuente: Encuesta nacional sobre el consumo de drogas y la salud de 2021 (en inglés)
*Los tipos de alucinógenos declarados por los participantes en la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud incluyen DMT/AMT/Foxy, ketamina, LSD, MDMA, PCP, peyote/mescalina, hongos psilocibios y Salvia divinorum.
**Los tipos de alucinógenos comunicados por los participantes en las encuestas de Monitoring the Future incluían LSD, MDMA, mescalina, peyote, " hongos " o psilocibina, y PCP.
Aunque muchas sustancias emergentes y establecidas se clasifican como drogas psicodélicas y disociativas, la investigación apoyada por el NIDA se centra en las siguientes sustancias, que se utilizan más comúnmente y/o se están investigando como posibles tratamientos médicos. Aunque sigue habiendo cierto debate sobre cómo describir estas drogas y cómo se clasifican las drogas específicas, los investigadores generalmente las clasifican según cómo funcionan en el cerebro.
Drogas psicodélicas
Entre otros efectos en la salud, las drogas psicodélicas alteran la percepción que una persona tiene de su entorno. Pueden cambiar el sentido de sí mismo del individuo, su estado de ánimo y su percepción de la realidad.1,3,10
- La psilocibina es un compuesto químico presente en ciertos tipos de hongos, también llamados "hongos" o " hongos mágicos".23
- El LSD (dietilamida del ácido lisérgico), o "ácido", es una sustancia clara o blanca, sin olor, fabricada en laboratorio (sintética) y derivada de sustancias químicas de hongos que crecen en el centeno y otros cereales.69
- La DMT (N,N-dimetiltriptamina) es un compuesto químico que se encuentra en plantas nativas de la selva amazónica. Estas plantas se utilizan a veces para hacer un té llamado ayahuasca.70 La DMT fabricada en laboratorio (sintética) es un polvo cristalino blanco que suele ser fumado.71
- La mescalina es un compuesto químico que se encuentra en el peyote, un pequeño cactus originario del suroeste de América y del norte de México. La mescalina también puede fabricarse en laboratorio (sintética).72
- Las NBOM (N-Bencilfenetilaminas) son compuestos químicos fabricados en laboratorio (sintéticos) desarrollados originalmente para su uso en la investigación del cerebro.73 A veces se venden como LSD, pero son más potentes y presentan una mayor probabilidad de efectos adversos.
Drogas disociativas
Entre otros efectos en la salud, las drogas disociativas también pueden alterar la percepción de la realidad de las personas. También suelen hacer que las personas se sientan como si estuvieran desconectadas de su cuerpo y de su entorno.6
- La ketamina es un compuesto químico utilizado en medicamentos de prescripción para la anestesia en humanos y animales. También se fabrica ilegalmente en forma líquida o de polvo blanquecino.28 Un derivado llamado esketamina está aprobado por la FDA para la depresión resistente al tratamiento.
- La PCP (fenciclidina) es un compuesto químico sintético que se utiliza mayormente como líquido o polvo de cristal blanco.40
Otras drogas
Los investigadores también están interesados en las propiedades psicodélicas y disociativas de otras drogas. Entre ellas se incluyen:
- La MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina), también llamada "Molly" o "Éxtasis", es una droga de laboratorio (sintética) que tiene efectos similares a los estimulantes como la metanfetamina. Algunos investigadores y organizaciones consideran que la MDMA es una droga psicodélica porque también puede alterar levemente la percepción visual y temporal.7
- La ibogaína es un compuesto químico que procede de la corteza de ciertas plantas. Entre ellas se encuentra el arbusto iboga, que se utiliza en ritos religiosos en África Occidental. Aunque la ibogaína tiene propiedades psicodélicas, afecta a un espectro diferente de la actividad cerebral que las drogas psicodélicas o disociativas.8
- La salvia (salvia divinorum) es una planta común en el sur de México y en Centroamérica y Sudamérica. Las hojas de salvia suelen masticarse, se extraen en forma de jugo, se fuman o se vaporizan. A diferencia de las drogas psicodélicas o disociativas, activa principalmente los receptores opioides kappa en el cerebro.21
Algunas personas declaran "microdosificar" drogas psicodélicas, normalmente LSD o psilocibina. La microdosificación se refiere a tomar regularmente estas drogas en cantidades muy pequeñas, normalmente entre una décima y una vigésima parte de una dosis típica no clínica. Las personas afirman que se microdosifican para disminuir síntomas de salud mental como la depresión y el estrés, mejorar la productividad y aliviar el dolor. Sin embargo, las investigaciones realizadas hasta la fecha no han establecido que la microdosificación sea segura o eficaz.22,74
Aunque las leyes varían según la sustancia específica, la Agencia para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) incluye la mayoría de las drogas psicodélicas y disociativas en la lista de sustancias controladas de Estados Unidos (en inglés). Sin embargo, el estado legal de algunas de estas drogas está cambiando. Aunque la mayoría de estas sustancias siguen estando controladas a nivel federal, algunos estados y el Distrito de Columbia han despenalizado la posesión de psilocibina y algunas drogas similares (lo que significa que no existen sanciones penales por poseer pequeñas cantidades de la sustancia para uso personal) o han despriorizado la aplicación de las leyes contra estas sustancias. Otras jurisdicciones están considerando cambios similares.75
Obtenga más información de la DEA sobre las drogas psicodélicas y disociativas y su estado legal (en inglés) en Estados Unidos.
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- Obtenga más información sobre las drogas psicodélicas y disociativas y su estado legal en los Estados Unidos de la Administración para el Control de Drogas (DEA) (en inglés).
- Consulte la información de salud del consumidor sobre drogas psicodélicas y disociativas de MedlinePlus.
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