La MDMA ("éxtasis" o "Molly")

La MDMA (abreviatura de 3,4-metilenedioximetanfetamina), también conocida como "Molly" o "éxtasis", es una droga fabricada en laboratorio (sintética) que tiene efectos similares a los estimulantes como la metanfetamina. Suele ser vendida ilícitamente en forma de pastillas de colores con logotipos impresos, cápsulas, polvo o líquido. Algunos investigadores y organizaciones consideran que la MDMA es una droga psicodélica porque también puede alterar levemente la percepción visual y temporal. Los efectos de la MDMA pueden incluir sentirse más enérgico y alerta y tener una mayor sensación de bienestar, calidez y apertura hacia los demás.

El consumo de MDMA inicialmente se popularizó en los clubes nocturnos, pero hoy en día las personas consumen MDMA en diversos entornos.  Los investigadores también están estudiando la MDMA como tratamiento para la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en ensayos de investigación clínica supervisados. Lea más (en inglés) sobre la investigación de la MDMA en la página web del Instituto Nacional de Salud Mental.

Una persona puede experimentar los efectos de la MDMA aproximadamente 45 minutos después de tomar una sola dosis. Los efectos incluyen sentirse feliz, enérgico, alerta y más cercano a los demás.^1,2 También se puede experimentar un aumento de la sensibilidad a las imágenes, los sonidos, el tacto y los olores. Estos efectos alcanzan su punto máximo entre 15 y 30 minutos y en promedio duran tres horas.³   Sin embargo, puede haber efectos secundarios derivados del consumo de MDMA, algunos de ellos incluso potencialmente peligrosos.  Consulte "¿Es seguro el consumo de MDMA?"

La MDMA influye en la actividad de al menos tres neurotransmisores -mensajeros químicos del cerebro- que pueden influir mucho en el estado de ánimo y el comportamiento de las personas: la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Por ejemplo, la serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel importante en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el dolor y el apetito. Al igual que las anfetaminas, que son químicamente similares, la MDMA aumenta la liberación de estos neurotransmisores y/o bloquea su recaptación en las neuronas, células nerviosas que envían y reciben señales en el cerebro. Esto aumenta los niveles de estos neurotransmisores en el cerebro, lo que probablemente provoca cambios en el estado de ánimo, la energía y alucinaciones visuales, o percibir cosas distintas a la realidad.⁴

La MDMA puede causar efectos negativos para la salud, algunos potencialmente graves. Sus efectos dependen de la cantidad, de la pureza de la MDMA consumida y de dónde y cómo una persona la consume. El consumo de MDMA con otras sustancias como el alcohol o algunos medicamentos de prescripción, incluidos los inhibidores selectivos de la captación de serotonina (ISRS), puede aumentar el riesgo de efectos negativos para la salud.⁵ Los riesgos para la salud asociados con el consumo de MDMA incluyen:

Efectos potencialmente peligrosos en el organismo

Los efectos negativos para la salud derivados del consumo de MDMA pueden incluir un aumento de la presión arterial, apretamiento involuntario de la mandíbula, náuseas, vómitos y piernas inquietas. Aunque las muertes asociadas al consumo de MDMA son raras, consumirla también puede provocar efectos secundarios más graves. Las personas pueden experimentar una subida peligrosamente brusca de la temperatura corporal, conocida como hiperpirexia, sobre todo si son muy activas físicamente o se encuentran en un ambiente cálido como un club.⁶ El consumo prolongado de MDMA también puede provocar problemas cardíacos o daños en el hígado.²

Cambios en el estado de ánimo y la función cerebral

El consumo de MDMA se ha asociado con la ansiedad y los ataques de pánico.⁴ Los estudios han demostrado que las personas que consumen MDMA con regularidad pueden experimentar falta de sueño, falta de apetito, confusión, depresión, ansiedad, paranoia y problemas de memoria o de atención.²

Contaminación con otras drogas

Los análisis químicos de drogas vendidas como MDMA han demostrado que pueden estar adulteradas, lo que significa que contienen otros tipos de drogas, quizá sin que el comprador lo sepa. Estos ingredientes ocultos han incluido ketamina, anfetamina, catinonas sintéticas ("sales de baño"), 3,4-metilinedioxi-anfetamina (MDA) y metanfetamina.⁷

Consumir un medicamento adulterado puede provocar efectos secundarios inesperados e inoportunos y aumentar los riesgos potenciales para la salud. En la última década, se han encontrado cada vez más opioides fabricados ilegalmente, como el fentanilo, en el suministro de medicamentos, y han contribuido a un aumento espectacular de las muertes por sobredosis en Estados Unidos. Obtenga más información sobre las formas de revisar el contenido de drogas en busca de ingredientes ocultos.

Daños durante el embarazo

Existen pocos estudios que hayan examinado los efectos de la exposición prenatal a la MDMA, pero las pruebas sugieren que los niños nacidos de personas que consumieron MDMA durante el embarazo presentaban un mayor riesgo de defectos congénitos, incluidos problemas cardíacos y retrasos en el desarrollo de habilidades motoras como ponerse de pie y caminar.^8,9

Las investigaciones sugieren que la MDMA es potencialmente adictiva, aunque se necesita más investigación. Algunas personas que consumen MDMA reportan síntomas de un trastorno por consumo de sustancias relacionado con la MDMA. Estos síntomas incluyen el consumo continuado a pesar de los efectos secundarios negativos, la tolerancia -que es la necesidad de tomar cantidades cada vez mayores de algo para obtener los mismos efectos-, los efectos secundarios de la abstinencia y el ansia.

Los estudios también han demostrado que los animales se autoadministran MDMA, un indicador importante del potencial adictivo de una droga. Sin embargo, esos estudios muestran que los animales no consumieron MDMA en la misma medida que otras drogas adictivas, como la cocaína.²

Sin embargo, para que se le diagnostique un trastorno por consumo de sustancias, una persona debe cumplir unos criterios diagnósticos específicos de consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) -un texto de referencia que los profesionales usan para diagnosticar los trastornos por consumo de sustancias y otros trastornos psiquiátricos- incluye diagnósticos de trastorno por consumo de fenciclidina (PCP, por su sigla en inglés) y "otro trastorno por consumo de alucinógenos", pero no incluye diagnósticos de trastorno por consumo de sustancias relacionados con otras drogas psicodélicas y disociativas específicas.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por su sigla en inglés) no ha aprobado la MDMA como tratamiento para ninguna afección médica. Sin embargo, la FDA ha designado la MDMA como terapia innovadora para acelerar su investigación como tratamiento del trastorno de estrés postraumático. La MDMA siempre se administra bajo supervisión médica durante los estudios de investigación, normalmente en combinación con tratamientos como la terapia de conversación. Para más información, consulte "El uso de las drogas psicodélicas y disociativas como medicamentos”.