Inhalantes

Los inhalantes son sustancias volátiles, productos químicos que producen vapores. Estos vapores pueden inhalarse -lo que en inglés se conoce como “huffing”, “chroming” o “bagging”- para inducir efectos que alteran la mente. Aunque es posible consumir otras sustancias a través de la inhalación, los inhalantes son sustancias que las personas consumen al inhalarlas.¹

Los inhalantes pueden tener varios efectos y se encuentran en cientos de productos diferentes. Existen cuatro categorías generales de inhalantes: disolventes volátiles, aerosoles, gases y nitritos.²

• Los disolventes volátiles son líquidos que se vaporizan a temperatura ambiente. Se encuentran en muchos productos baratos y fáciles de conseguir utilizados en hogares o establecimientos comerciales. Los disolventes volátiles incluyen diluyentes y removedores de pintura, líquidos de limpieza en seco, desengrasantes, gasolina, pegamentos, líquidos correctores y rotuladores.
• Los aerosoles incluyen pinturas en aerosol, aerosoles para el pelo y desodorantes, aerosoles de aceite vegetal para cocinar y aerosoles protectores de tejidos
• Los gases incluyen anestésicos utilizados para procedimientos médicos como el éter, el cloroformo, el halotano y el óxido nitroso (también conocido como gas hilarante). El óxido nitroso se vende en pequeños tubos de metal conocidos como “whippets”. Éstos pueden liberar vapores en crema batida, bolsas o un globo. Algunos productos domésticos o comerciales que contienen gases son los encendedores de butano, las botellas de propano y los refrigerantes.
• Los nitritos se venden en pequeñas botellas conocidas como “poppers” (en inglés). A diferencia de la mayoría de los demás inhalantes, que actúan directamente sobre el sistema nervioso central, los nitritos principalmente dilatan los vasos sanguíneos y relajan los músculos.

Por lo general, la tasa de consumo de inhalantes ha disminuido en Estados Unidos en las dos últimas décadas.³ En 2023, menos del 1% de las personas de 12 años o más declararon haber consumido inhalantes al menos una vez en el último año.⁴ Para datos recientes, consulte la Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas y la Salud (en inglés).

Los inhalantes son más consumidos por los adolescentes, especialmente los más jóvenes. Según la encuesta Monitoring the Future, financiada por el NIDA, alrededor del 4% de los estudiantes de 8º grado (que tienen unos 14 años) habían consumido inhalantes en el último año. Encuentre estadísticas recientes sobre el consumo de inhalantes (en inglés) extraídas de la encuesta.

Según el producto particular, las sustancias químicas que se encuentran en los inhalantes pueden producir efectos similares a los del alcohol, los sedantes o las primeras fases de la anestesia.² Puede haber un subidón de corta duración junto con sensaciones de calor y excitación. Otros efectos pueden incluir mareo, ver las cosas de forma distorsionada o pensamiento desorganizado.

Los efectos secundarios pueden incluir sentirse somnoliento, mareado, agitado, tener la visión borrosa o dolores de cabeza. Si se inhala una cantidad suficiente de la sustancia, casi todos los disolventes y gases pueden producir adormecimiento -una pérdida general de la sensación física- y pueden provocar un estado de inconsciencia.⁵
 

Las investigaciones en laboratorio y en humanos demuestran que la mayoría de los inhalantes son extremadamente tóxicos.⁶  Las sustancias químicas que se encuentran en los disolventes, aerosoles y gases pueden producir una variedad de efectos negativos para la salud, algunos de los cuales pueden ser mortales.⁷ Entre ellos se incluyen:

• Efectos secundarios a corto plazo. Incluyen alteraciones del juicio y del funcionamiento en situaciones laborales o sociales. Las náuseas y los vómitos son otros efectos secundarios comunes. La exposición a dosis elevadas también puede causar confusión y delirio. Además, las personas pueden experimentar mareos, somnolencia, dificultad para hablar, letargo, reflejos más lentos y debilidad muscular.
• Efectos secundarios potencialmente mortales. Las sustancias químicas altamente concentradas de los disolventes o aerosoles pueden inducir ritmos cardíacos irregulares y rápidos y provocar un fallo cardíaco mortal a los pocos minutos de su consumo. Los productos químicos tóxicos de los inhalantes y la forma en que las personas los consumen también pueden hacer que una persona deje de respirar. Estos efectos mortales, conocidos como "muerte súbita por inhalación", pueden producirse hasta cuando una persona consume inhalantes una sola vez.^2,8
• Daños cerebrales. El efecto tóxico más importante de la exposición prolongada a los inhalantes es quizás el daño al cerebro y a otras partes del sistema nervioso.⁹  Por ejemplo, las investigaciones demuestran que el consumo crónico de disolventes como el tolueno o la naftalina (un ingrediente de las bolas de naftalina) afecta a la vaina protectora que rodea ciertas fibras del nervio en el cerebro. Esto puede dañar partes del cerebro que controlan el pensamiento, el movimiento, la visión y la audición.⁷ Las investigaciones demuestran que el consumo prolongado de inhalantes puede causar problemas de memoria, atención y juicio.²
• Trastornos mentales. El consumo prolongado de inhalantes está fuertemente asociado a la prevalencia de trastornos de la personalidad, del estado de ánimo y de ansiedad, incluida la depresión mayor.¹⁰
• Daños en otros órganos. La exposición crónica a los inhalantes puede causar graves daños en el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones. Es posible que algunos de estos daños sean reversibles si la persona deja de consumir inhalantes, pero muchos de los problemas de salud relacionados con el consumo repetido o prolongado pueden ser irreversibles.²
• Risks to a developing baby during pregnancy. Inhalant use during pregnancy is associated with low birth weight, cleft palate, hearing loss, slow growth, a decrease in muscle tone, and developmental delays in infants.^2,5
• Riesgos para el bebé en desarrollo durante el embarazo. El consumo de inhalantes durante el embarazo se asocia con un bajo peso al nacer, paladar hendido, pérdida de audición, crecimiento lento, disminución del tono muscular y retrasos en el desarrollo de los bebés.^2,5

Los signos y síntomas del consumo de inhalantes incluyen:

• Olores químicos en el aliento o la ropa.
• Manchas de pintura o de otro tipo en la cara, las manos o la ropa.
• Envases de pintura en aerosol o contenedores de solventes vacíos ocultos y trapos o ropa empapados de químicos.
• Apariencia mareada o desorientada.
• Hablar arrastrando las palabras.
• Náuseas o vómitos.
• Falta de atención, falta de coordinación, ansiedad, irritabilidad y depresión.²

Muchas de las personas que consumen inhalantes manifiestan una fuerte necesidad de seguir consumiéndolos, aunque deseen dejar de hacerlo, sobre todo aquellas que los han utilizado durante largos periodos o durante muchos días. El consumo regular de inhalantes puede provocar síntomas de abstinencia después de que la persona deje de consumirlos, como irritabilidad, ansiedad y ansia por la droga.¹¹  Otros síntomas del trastorno por consumo de inhalantes incluyen tener problemas de salud mental o problemas significativos para llevar a cabo las actividades de la vida diaria.¹² 

De las personas que consumen inhalantes, aproximadamente el 0,1%, más de 300.000 personas, declararon haber padecido un trastorno por consumo de inhalantes en los últimos 12 meses.⁴