Xilacina

La xilacina es un tranquilizante, analgésico y depresor del sistema nervioso central aprobado por la FDA para su uso en medicina veterinaria. La xilacina no es un opioide, pero suele estar mezclada con opioides de origen ilícito, en especial con el fentanilo. La xilacina también se conoce como “tranq” o, cuando se combina con fentanilo u otros opioides, “tranq dope”.

La xilacina puede provocar que las personas estén somnolientas y que la respiración, el ritmo cardiaco y la presión arterial se ralenticen hasta niveles peligrosamente bajos. Los estudios sugieren que la mayoría de las personas están expuestas a la xilacina cuando se añade a otras drogas, especialmente al fentanilo, la cocaína y la heroína fabricados ilícitamente. La xilacina puede consumirse por vía inyectable, inhalada por vía nasal, tragada o respirada. La xilacina puede añadirse al fentanilo para prolongar el subidón de los opioides.

Cuando las personas consumen xilacina con fentanilo, no está claro si la xilacina aumenta la probabilidad de una sobredosis mortal. Sin embargo, la sedación extrema provocada por la xilacina puede hacer que las personas dejen de respirar. En la mayoría de las muertes por sobredosis relacionadas con la xilazina y el fentanilo también están implicadas otras sustancias, como la cocaína, la heroína, las benzodiacepinas, el alcohol, la gabapentina y los medicamentos opioides con receta.

Aunque los medicamentos para revertir la sobredosis de opioides (como la naloxona y el nalmefeno) no revierten los efectos de la xilacina, los expertos en salud pública recomiendan a las personas que administren medicamentos para revertir la sobredosis en caso de sobredosis con sospecha de exposición a la xilacina, porque la mayoría de las personas se exponen a la xilacina al consumir fentanilo.

La xilacina se ha encontrado normalmente en combinación con otras drogas, especialmente opioides, como el fentanilo que se fabrica ilícitamente. Las investigaciones sugieren que algunas personas la consumen de forma intencionada para prolongar los efectos eufóricos del fentanilo.¹ Sin embargo, las personas que consumen drogas también declaran haberla consumido por accidente, y algunas dijeron a los investigadores que era un aditivo no deseado en sus drogas. ^2,3

Debido a que el suministro de drogas evoluciona de forma rápida, el NIDA apoya el Sistema Nacional de Alerta Temprana sobre Drogas (NDEWS, por su sigla en inglés) (en inglés) que rastrea dónde las sustancias, incluida la xilacina, aparecen a través del país.

La xilacina es un depresor del sistema nervioso central. Esto significa que adormece a las personas, ralentiza la actividad cerebral, relaja los músculos y disminuye el ritmo cardiaco y la respiración. En ciertas dosis, los efectos de la xilacina pueden amenazar la vida del consumidor. Los informes sugieren que la xilacina se utiliza en combinación con otras drogas, en particular con el fentanilo de origen ilícito, así como con drogas como la metanfetamina, la cocaína y las benzodiacepinas (“tranquilizantes”). Tomar xilacina con otras sustancias que ralentizan el sistema nervioso puede aumentar la posibilidad de sobredosis. Ejemplos de otros depresores son los opioides (incluido el fentanilo), el alcohol y las benzodiacepinas.

Las personas que han utilizado xilacina también informan de otros efectos. El uso repetido de xilacina puede causar llagas dolorosas y difíciles de tratar en la piel y los músculos (“tejidos blandos”). Si no se tratan, las llagas pueden crecer e infectarse y dar lugar a parches de tejido muerto y moribundo. Puede ser necesario amputar la parte del cuerpo afectada. Las personas con estas heridas pueden requerir un tratamiento continuo de las heridas y del dolor.^4,5 Las llagas pueden aparecer en el lugar de la inyección. Pero suelen aparecer en otras partes del cuerpo, y algunos investigadores informan de que estas heridas se producen incluso cuando las personas no se inyectan xilacina.

Compartir jeringas (agujas) para consumir cualquier droga puede tener efectos negativos para la salud. Estos incluyen una mayor probabilidad de otras infecciones bacterianas, como una infección cardiaca llamada endocarditis infecciosa, al igual es posible enfermarse de un virus, como el VIH o la hepatitis C.

Dado que la xilacina surgió como factor de la crisis de sobredosis recientemente, se desconoce el alcance nacional de las muertes por sobredosis en las que está implicada. Apareció por primera vez en el suministro de drogas en Puerto Rico a principios de la década de 2000. De 2019 a 2022, la detección de xilacina se duplicó en 30 estados, según datos sobre incautaciones de drogas en esos estados.⁶ El Sistema Estatal de Notificación de Sobredosis Intencionadas de Drogas (SUDORS, por su sigla en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) informó (en inglés) que, en 20 estados y el Distrito de Columbia, la xilacina combinada con fentanilo de origen ilícito estaba presente en el 11% de las muertes por sobredosis de drogas en 2022. Se había detectado en el 3% de las muertes por sobredosis en 2019 en las mismas jurisdicciones. Sin embargo, las tasas pueden variar según el estado. Un estudio sobre sobredosis mortales en Michigan descubrió que la xilacina estaba presente en el 4,7% de las sobredosis mortales en 2023.⁷

Sin embargo, las primeras investigaciones no indican que la xilacina combinada con opioides aumente las probabilidades de sobredosis mortal. Una investigación financiada por el NIDA descubrió que las personas con xilacina y fentanilo en su sistema en el momento de la sobredosis tenían tasas más bajas de infarto y coma que las que dieron positivo sólo en opioides.⁸ El mismo estudio descubrió que las personas con xilacina en su cuerpo en el momento de la sobredosis de opioides no tenían más probabilidades de morir por sobredosis de opioides sin xilacina en su sistema. Tampoco tenían más probabilidades de ser ingresados en el hospital y no permanecieron hospitalizados más tiempo que las personas que consumieron opioides sin xilacina.⁸ Otro estudio descubrió que las personas con fentanilo y xilacina en su sistema en el momento de la sobredosis de opioides tenían las mismas probabilidades de recibir el medicamento para revertir la sobredosis, la naloxona, y tenían más probabilidades de tener pulso cuando llegaron a la sala de emergencias que aquellas con fentanilo pero sin xilacina.⁹ El NIDA apoya la investigación para comprender estos descubrimientos, incluida la comprensión de cómo afecta la xilacina al fentanilo en el cuerpo, y si estos primeros descubrimientos pueden ser confirmados.

El NIDA también apoya el desarrollo de medicamentos para revertir la sobredosis específicamente para la xilacina (en inglés). Actualmente no existe ningún medicamento que revierta la sobredosis de xilacina. Los medicamentos para revertir la sobredosis de opioides, como la naloxona y el nalmafeno, no revierten los efectos de la xilacina. Sin embargo, las sobredosis en las que interviene la xilacina casi siempre incluyen opioides, con mayor frecuencia fentanilo de origen ilícito. Por ello, los expertos en salud pública recomiendan administrar medicamentos para revertir la sobredosis a cualquier persona que experimente síntomas de una sobredosis de opioides, sin necesidad de conocer la presencia de xilacina. ¹⁰

Dado que las sobredosis de xilacina casi siempre incluyen opioides y otras drogas, los expertos recomiendan administrar medicamentos para revertir la sobredosis de opioides como el nalmafeno y la naloxona. En caso de emergencia (en inglés), llame al 9-1-1 o a otros servicios de emergencia para que le atiendan después de haber administrado un medicamento para revertir la sobredosis de opioides. Si la persona está inconsciente, compruebe que sigue respirando. Colóquela de lado con la cabeza apoyada. Si dejan de respirar, administre respiraciones artificiales de rescate si puede. Si es posible, quédese con la persona hasta que lleguen los servicios de emergencia.

Para ser diagnosticada de un trastorno por consumo de sustancias, una persona debe cumplir unos criterios diagnósticos específicos de consumo continuado y compulsivo de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) -un texto de referencia publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría que los profesionales de la salud utilizan para diagnosticar los trastornos por consumo de sustancias y otros trastornos psiquiátricos- no incluye un diagnóstico específico relacionado con la xilacina.¹¹ Sin embargo, las primeras investigaciones sugieren que los síntomas del trastorno por consumo de sustancias y los síntomas de abstinencia pueden ser más intensos para quienes toman xilacina con fentanilo frente al fentanilo solo.^12,13 Se necesita más investigación para comprender este descubrimiento y el potencial adictivo de la xilacina. El NIDA realiza y apoya investigaciones para comprender mejor con qué frecuencia y en qué medida las personas que consumen xilacina experimentan síntomas de abstinencia y de trastorno por consumo de sustancias.

Las heridas cutáneas relacionadas con la xilacina pueden incluir infecciones cutáneas, heridas bajo la piel (abscesos) y heridas abiertas y supurantes (úlceras cutáneas). Las heridas pueden curarse si la persona continúa consumiendo xilacina y recibe la atención médica adecuada. Sin embargo, los primeros datos indican que la cicatrización es más lenta si la persona sigue consumiendo.¹⁴ Estas heridas pueden ser dolorosas, y las heridas graves pueden requerir tratamiento para el dolor e ingreso en un hospital.¹² Si no se tratan o se tratan de forma insuficiente, estas infecciones pueden llevar a la amputación de la parte del cuerpo infectada.

Las asociaciones médicas no han creado directrices sobre cómo tratar las heridas específicas de la xilacina. Sin embargo, las heridas deben mantenerse limpias. Las primeras pruebas sugieren mantener las heridas limpias pero abiertas (vídeo en inglés) (sin puntos de sutura ni injertos de piel). El NIDA apoya la investigación para comprender mejor cómo tratar las heridas relacionadas con la xilacina.

Los enfoques de reducción de daños pueden ayudar a las personas que consumen drogas a reducir algunos de los daños de la xilacina, por ejemplo:

• Llevar medicamentos para revertir la sobredosis como la naloxona y el nalmafeno en caso de sobredosis de opioides. Los medicamentos para revertir la sobredosis no revierten los efectos de la xilacina. Sin embargo, la xilacina fabricada ilícitamente se suele encontrar mezclada con opioides como el fentanilo. Por ello, los expertos recomiendan administrar medicamentos para revertir la sobredosis de opioides a alguien que muestre síntomas de sobredosis, incluso si sabe que hay xilacina.
• Revise el contenido de las drogas para detectar la presencia de xilacina, siempre que esté disponible. Las investigaciones demuestran que la xilacina fabricada ilícitamente casi siempre está mezclada con otras drogas. Por ello, la revisión de las drogas en busca de xilacina puede proporcionar a la persona una información más completa. Por la misma razón, las personas pueden querer revisar sus drogas para detectar la presencia de fentanilo. Las tiras reactivas de xilacina ya están disponibles comercialmente, así como accesibles en algunas organizaciones de reducción de daños. Las organizaciones de reducción de daños también pueden disponer de máquinas que pueden comprobar la presencia de xilacina en las drogas.
• Utilice jeringas estériles y evite reutilizarlas o compartirlas.
• Vigile y trate las heridas. Las heridas y las infecciones cutáneas asociadas a la xilacina pueden derivar rápidamente en graves problemas de salud. Averigüe si las organizaciones locales de reducción de daños proporcionan atención a las heridas o kits para el cuidado de heridas. Vigile los puntos de inyección u otras heridas y busque atención médica inmediata si la infección empeora o no se cura.

Es legal como medicamento veterinario, pero la xilacina no está aprobada por la FDA para ningún uso humano. Actualmente no es una sustancia controlada según la Ley Federal de Sustancias Controladas (en inglés). Algunos estados han incluido la xilacina en sus propias listas de sustancias controladas. La FDA también adopto medidas a principios de 2023 para restringir la importación ilegal de xilacina y de los ingredientes necesarios para fabricarla.

Por sí sola, la xilacina puede conocerse como “tranq”. Cuando se combina con opioides como el fentanilo, puede llamarse “tranq dope”. Algunos términos utilizados para la xilacina reflejan el estigma dirigido a las personas que consumen drogas, como “droga zombi”. Obtenga más información sobre el lenguaje preciso y sin estigmas relacionado con el consumo de drogas en Las palabras importan: términos preferidos al hablar de la adicción.

El NIDA apoya la investigación preclínica y clínica sobre el uso humano de la xilacina. Esto incluye la financiación de investigaciones que estudien:

• El estado de la xilacina (en inglés) en el suministro de drogas y sus efectos sobre la salud. Entre ellos se incluyen la frecuencia con la que las personas consumen xilacina a propósito frente al consumo accidental de otras drogas y la frecuencia con la que se producen heridas cutáneas y musculares relacionadas con la xilacina.
• El efecto de la xilacina en la adicción al fentanilo (en inglés), y los primeros avances científicos para identificar formas de revertir la sobredosis específica de xilacina.
• Soluciones comunitarias (en inglés) a la presencia de xilacina en los suministros locales de drogas.

El NIDA apoya la investigación para comprender mejor cómo afecta la xilacina a la salud individual y pública. Finalmente, el NIDA apoya programas que rastrean y comprenden las tendencias emergentes de consumo de drogas y los cambios en el suministro de drogas en los Estados Unidos, incluyendo la xilacina.