La intervención financiada por el NIH no tuvo impacto en las tasas de mortalidad por sobredosis relacionadas con los opioides durante el periodo de evaluación

La pandemia del COVID-19 y el suministro de drogas cada vez más peligrosas están entre los factores que pueden haber contribuido a disminuir el impacto de la intervención

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Primer plano de un joven adulto sentado en el sofá abrazando a una mujer.
©Getty Images/FG Trade

Una intervención basada en datos que implicó a las comunidades para desplegar de forma rápida prácticas basadas en pruebas para reducir las muertes por sobredosis relacionadas con los opioides -como el aumento de la distribución de naloxona y la mejora del acceso a la medicación para el trastorno por consumo de opioides- no dio lugar a una reducción estadísticamente significativa de las tasas de mortalidad por sobredosis relacionadas con los opioides durante el periodo de evaluación, según los resultados (en inglés) del Estudio de Comunidades HEALing (Ayudando a poner fin a la adicción a largo plazo) (en inglés) de los Institutos Nacionales de Salud. Los investigadores identificaron la pandemia del COVID-19 y el aumento de la prevalencia del fentanilo en el mercado de drogas ilícitas -incluso en mezclas con cocaína y metanfetamina- como factores que probablemente debilitaron el impacto de la intervención en la reducción de las muertes por sobredosis relacionadas con opioides.

Los hallazgos se publicaron en la Revista de Medicina de New England y se presentaron en la reunión del Colegio sobre Problemas de Drogodependencia (CPDD, por su sigla en inglés) (en ingles) el domingo 16 de junio de 2024. Lanzado en 2019, el Estudio de comunidades HEALing es el mayor estudio de prevención y aplicación de tratamientos contra la adicción jamás realizado y tuvo lugar en 67 comunidades de Kentucky, Massachusetts, Nueva York y Ohio, cuatro estados muy afectados por la crisis de los opioides.

A pesar de encontrarse con retos imprevistos, el Estudio de comunidades HEALing logró que las comunidades seleccionaran y aplicaran cientos de estrategias basadas en pruebas a lo largo de la intervención, demostrando cómo el apoyo a las asociaciones comunitarias y el uso de datos para fundamentar las decisiones de salud pública pueden respaldar eficazmente la adopción de estrategias basadas en pruebas a nivel local.

"Este estudio reunió a investigadores, proveedores y comunidades para reducir las barreras y promover el uso de estrategias basadas en pruebas que sabemos que son eficaces, incluidos los medicamentos para el trastorno por consumo de opioides y la naloxona", afirmó la directora del NIDA, la doctora Nora D. Volkow. "Sin embargo, especialmente en la era del fentanilo y el incremento de la mezcla de fentanilo con drogas psicoestimulantes, está claro que necesitamos seguir desarrollando nuevas herramientas y enfoques para abordar la crisis de las sobredosis. Los análisis continuos de la gran cantidad de datos de este estudio serán fundamentales para orientar nuestros esfuerzos en el futuro."

El NIH puso en marcha el estudio Comunidades HEALing, un estudio de investigación de cuatro años de duración que se realiza en múltiples lugares con el objetivo de poner a prueba un conjunto de intervenciones basadas en pruebas para reducir las muertes por sobredosis en los ámbitos de la atención médica, la justicia y la salud conductual. En la actualidad, más de 100.000 personas mueren anualmente por sobredosis (en inglés), y más del 75% de esas muertes están relacionadas con un opioide. Muchas prácticas basadas en pruebas han demostrado prevenir o revertir la sobredosis de opioides, pero estas estrategias están gravemente infrautilizadas debido a una serie de obstáculos.

Como parte de la intervención, los investigadores colaboraron con coaliciones comunitarias para aplicar prácticas basadas en pruebas para reducir las muertes por sobredosis de opioides a partir del Enfoque de Atención Continuada para la Reducción de la Sobredosis de Opioides (en inglés). Estas prácticas basadas en pruebas se centran en aumentar la educación sobre opioides y la distribución de naloxona, mejorar el acceso a la medicación para el trastorno por consumo de opioides, y una prescripción y dispensación de opioides más segura. La intervención también incluyó una serie de campañas de comunicación para ayudar a reducir el estigma y aumentar la demanda de prácticas basadas en pruebas.

Las comunidades fueron asignadas de manera aleatoria a recibir la intervención (entre enero de 2020 y junio de 2022) o al grupo de control (que recibió la intervención entre julio de 2022 y diciembre de 2023). Para probar la eficacia de la intervención en la reducción de las muertes por sobredosis relacionadas con opioides, los investigadores compararon la tasa de muertes por sobredosis entre las comunidades que recibieron la intervención inmediatamente con las que no la recibieron durante el periodo de julio de 2021 y junio de 2022.

Entre enero de 2020 y junio de 2022, las comunidades que recibieron la intervención aplicaron con éxito 615 estrategias de prácticas basadas en pruebas (254 relacionadas con la educación sobre sobredosis y la distribución de naloxona, 256 relacionadas con la medicación para el trastorno por consumo de opioides y 105 relacionadas con la seguridad de los opioides recetados).

A pesar del éxito en el despliegue de intervenciones basadas en pruebas en las comunidades participantes, entre julio de 2021 y junio de 2022, no hubo una diferencia estadísticamente significativa en la tasa global de muertes por sobredosis relacionadas con opioides entre las comunidades que recibieron la intervención y las que no, (47,2 muertes por sobredosis relacionadas con opioides por cada 100.000 personas en el grupo de intervención, frente a 51,7 en el control). El equipo del estudio también está examinando los datos sobre el impacto de la intervención en el total de muertes por sobredosis y examinando combinaciones específicas de drogas, como estimulantes y opioides, y en las sobredosis no mortales de opioides, entre otros resultados del estudio.

"La aplicación de intervenciones basadas en pruebas es fundamental para afrontar la crisis de sobredosis evolutiva", afirmó la doctora Miriam E. Delphin-Rittmon, Subsecretaria de Salud Mental y Consumo de Sustancias del HHS y líder de SAMHSA. "Este estudio reconoce que no existe una solución rápida para reducir las muertes por sobredosis de opioides. Salvar vidas requiere un compromiso continuo con estrategias basadas en pruebas. El estudio de las comunidades HEALing facilitó la aplicación de 615 estrategias de prácticas basadas en pruebas, con el potencial de producir resultados que salven vidas en los próximos años."

Los autores destacan tres puntos específicos que probablemente debilitaron el impacto de la intervención en la reducción de las muertes por sobredosis relacionadas con los opioides. En primer lugar, la intervención se puso en marcha dos meses antes del cierre del COVID-19, lo que perturbó gravemente la capacidad de trabajar con los sistemas de atención médica, de salud conductual y jurídico-penal en la aplicación de prácticas basadas en pruebas. De hecho, debido en gran parte a la aparición del COVID-19, sólo 235 de las 615 estrategias (38%) se aplicaron antes de que comenzara el periodo de comparación en julio de 2021.

La segunda razón es que, después de que las comunidades seleccionaran las prácticas basadas en la evidencia que querían aplicar, sólo dispusieron de 10 meses para ponerlas en práctica antes de que comenzara el periodo de comparación. Los autores señalan que no fue tiempo suficiente para reclutar sólidamente al personal necesario, cambiar los flujos de trabajo de la práctica clínica o desarrollar nuevas colaboraciones entre agencias y organizaciones. Señalan que puede ser necesario más tiempo para aplicar estas estrategias, y más tiempo entre la aplicación y la medida de los resultados, para observar todo el impacto de la intervención.

Por último, los cambios significativos en el mercado de las drogas ilícitas podrían haber afectado a la eficacia de la intervención. El fentanilo estaba cada vez más presente en el suministro de drogas ilícitas y cada vez se mezclaba o consumía más en combinación con drogas estimulantes como la metanfetamina y la cocaína, o en píldoras falsificadas que se hacían pasar por medicamentos con receta. El creciente consumo de fentanilo, así como de xilacina, durante el periodo de estudio planteó nuevos retos para el tratamiento del trastorno por consumo de opioides y de la sobredosis relacionada con éstos.

"A pesar de enfrentarse a una pandemia mundial y a un empeoramiento de la crisis de sobredosis, el Estudio de Comunidades HEALing fue capaz de apoyar la implementación de cientos de estrategias que sabemos pueden salvar vidas", afirmó la Dra. Redonna Chandler, directora del Estudio de Comunidades HEALing del NIDA. "Esta es una hazaña increíble para la ciencia de la implementación, y demuestra que cuando proporcionamos a las comunidades una infraestructura para tomar decisiones basadas en datos, son capaces de implementar con eficacia las prácticas basadas en la evidencia atendiendo a sus necesidades únicas."

El Estudio de comunidades HEALing fue apoyado y realizado en colaboración entre el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por su sigla en inglés) del Instituto Nacional de la Salud y la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA, por su sigla en inglés) a través de la Iniciativa HEAL de los NIH (en inglés).

Helping to End Addiction Long-term®, NIH HEAL Initiative®, and HEALing Communities Study son marcas de servicio registradas del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Si usted o alguien que conoce está pasando por una situación difícil o de crisis, hay ayuda disponible. Llame o envíe un mensaje de texto al 988 o chatee por internet en 988lifeline.org/es. Para saber cómo obtener apoyo para problemas de salud mental, drogas o alcohol, visite FindSupport.gov. Si está listo para localizar un centro o proveedor de tratamiento, puede ir directamente a FindTreatment.gov (en inglés) o llamar al 800-662-HELP (4357).

Referencia:


Acerca del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA): El NIDA es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El NIDA apoya la mayor parte de la investigación a nivel mundial sobre los aspectos de salud relacionados con el consumo de drogas y la adicción. El Instituto lleva a cabo una gran variedad de programas para informar a la política, mejorar la práctica y avanzar en la ciencia de la adicción. Para más información sobre el NIDA y sus programas, visite https://nida.nih.gov/es/

Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): Los NIH, la agencia de investigación médica del país incluye 27 Institutos y Centros y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Los NIH son la agencia federal principal que conduce y apoya la investigación médica básica, clínica y traslacional, y están investigando las causas, los tratamientos y las curas de enfermedades tanto comunes como raras. Para más información sobre los NIH y sus programas, visite www.salud.nih.gov

Acerca de los trastornos por consumo de sustancias: Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones crónicas y tratables de las cuales las personas se pueden recuperar. En 2022, más de 49 millones de personas en los Estados Unidos padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias. Los trastornos por consumo de sustancias se definen en parte por el consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. También es un trastorno recurrente, en el que los periodos de abstinencia (no consumir sustancias) pueden ir seguidos por un regreso al consumo. El estigma puede hacer que las personas con trastornos por consumo de sustancias sean menos propensas a buscar tratamiento. Utilizar el lenguaje preferido puede ayudar a informar con precisión sobre el consumo de sustancias y la adicción. Vea la guía del NIDA disponible en línea.

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