Dado que los medicamentos de mantenimiento (metadona y buprenorfina) son, en sí mismos, opioides y pueden causar euforia en personas que no son dependientes de los opioides, muchos han supuesto que esta forma de tratamiento solo sustituye la adicción a una droga por la adicción a otra droga. Desafortunadamente, esta creencia ha dificultado la adopción de estos tratamientos eficaces. En el pasado, incluso algunos programas de tratamiento con internación que en otros aspectos se basaban en datos empíricos no permitían que los pacientes tomaran estos medicamentos y estaban a favor de una filosofía de "solo abstinencia".
Si bien es posible que las personas que no son dependientes de los opioides lleguen a un estado de euforia al consumir buprenorfina o metadona (ver "¿Cuál es la necesidad de tratamiento comparada con el riesgo de desviación en el tratamiento de la dependencia de opioides?"), estos medicamentos afectan en forma diferente a quienes han desarrollado una alta tolerancia a los opioides (ver "Tolerancia a los opioides"). En las dosis indicadas, y como resultado de sus propiedades farmacodinámicas y farmacocinéticas (la manera en que actúan en los receptores opioides y su metabolismo más lento en el organismo), estos medicamentos no producen un estado de euforia sino que minimizan los síntomas de abstinencia y el deseo intenso de consumir la droga (ver "Mecanismos de la dependencia de opioides"). Esto hace posible que el paciente se desenvuelva normalmente, asista a la escuela o al trabajo y participe en otros tipos de servicios de apoyo para el tratamiento o la recuperación a fin de ayudarlo a liberarse del trastorno por consumo de drogas con el tiempo.
El objetivo final puede ser abandonar eventualmente el medicamento de mantenimiento, pero el proveedor de tratamiento debe tomar esa decisión juntamente con el paciente, y la eliminación del medicamento se debe hacer en forma gradual. En algunos casos, esto puede llevar meses o años. De la misma manera en que los tejidos del cuerpo requieren períodos prolongados de sanación después de una lesión y pueden necesitar de apoyos externos (como un yeso, muletas o una silla de ruedas en el caso de la fractura de una pierna), los circuitos del cerebro que han sido alterados por el consumo prolongado y el trastorno por consumo de drogas necesitan tiempo para recuperarse y se benefician del apoyo externo que brindan los medicamentos. Si el trastorno por consumo de opioides es grave o de larga duración, el paciente puede necesitar de esos apoyos indefinidamente.
En el 2005, la metadona y la buprenorfina se agregaron a la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud, los cuales se definen como medicamentos "que deben estar disponibles en todo momento y en cantidades adecuadas dentro del contexto de sistemas operacionales de atención médica, en las formas de dosificación apropiadas, con calidad asegurada y a un precio asequible para el individuo y la comunidad."34,35
- Tolerancia a los opioides
-
Las personas que toman opioides durante períodos prolongados generalmente desarrollan tolerancia, es decir, necesitan una mayor cantidad de la droga para producir el mismo efecto. La desensibilización y regulación decreciente de los receptores son procesos moleculares que causan la tolerancia. El cerebro de quienes sufren de un trastorno por el consumo de opioides está constantemente expuesto a altos niveles de opioides y dopamina, la cual se libera en el circuito de recompensa luego de la activación de los receptores opioides. Las células del cerebro responden a este escenario reduciendo su respuesta a la activación de los receptores y eliminando receptores opioides y de dopamina de la membrana celular, lo que da como resultado una menor cantidad de receptores que pueden ser activados por la droga.36,37 Estos mecanismos causan una respuesta disminuida a la droga, por lo que hacen falta dosis más altas para lograr el mismo efecto. Esta tolerancia a los opioides es el motivo por el cual las personas con un trastorno por el consumo de opioides no experimentan los efectos eufóricos de las dosis terapéuticas de buprenorfina o metadona, mientras que quienes no tienen dependencia sí experimentan euforia.38,39 También es el motivo por el cual las personas tienen un mayor riesgo de sufrir una sobredosis cuando recaen en el consumo de opioides después de un período de abstinencia: sin darse cuenta, pierden la tolerancia a la droga y no saben qué cantidad pueden tolerar sin riesgos.
- Mecanismos de la dependencia de opioides
-
La activación continua de los receptores opioides que da origen a la dependencia y causa tolerancia también es responsable de los síntomas de abstinencia que se presentan cuando las drogas opioides salen del organismo. Los síntomas de abstinencia de la droga son opuestos a los síntomas que causa su consumo. En el caso de los opioides, esos síntomas incluyen ansiedad, nerviosismo y diarrea.40 Uno de los motivos por los cuales las personas continúan consumiendo opioides es que tratan de evitar estos síntomas negativos. En las primeras etapas del tratamiento, los medicamentos como la metadona y la buprenorfina reducen los síntomas de abstinencia.