Un nuevo estudio realizado en ratas sugiere que la xilacina, el ingrediente activo de un sedante veterinario que no es opioide y que no está aprobado para el consumo humano, puede empeorar los efectos potencialmente mortales de los opioides. Los resultados sugieren que cuando se usa en combinación con opioides como el fentanilo y la heroína, la xilacina puede afectar a la capacidad del cerebro para obtener suficiente oxígeno, lo que constituye uno de los efectos más peligrosos de los opioides y puede causar la muerte. El estudio (en inglés), publicado en Psychopharmacology, fue dirigido por investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por su sigla en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud.
Las investigaciones han demostrado que la xilacina suele ser añadida a los opioides ilícitos, incluido el fentanilo, y que la xilacina ha sido detectada con mayor frecuencia en el suministro ilícito de opioides. Aunque algunas personas consumen fentanilo y xilacina juntos de manera consciente, muchas otras personas no saben si las sustancias que van a consumir contienen fentanilo, xilacina o ambos. Esta combinación puede ser muy peligrosa y, en abril de 2023, el gobierno de los Estados Unidos declaró el fentanilo adulterado o asociado a la xilacina como una droga de amenaza emergente (en inglés).
"Las mezclas de drogas que contienen tanto xilacina como opioides como el fentanilo demuestran lo rápido que puede cambiar el suministro de drogas y cómo los productos peligrosos pueden reproducirse con rapidez a pesar de las muertes por sobredosis", afirmó la doctora Nora Volkow, directora del NIDA. "Comprender los mecanismos por los que la xilacina contribuye a las sobredosis de drogas es esencial para poder desarrollar intervenciones que puedan revertir las sobredosis y salvar vidas. Por ahora, en el caso de una sobredosis siempre se debe administrar la naloxona, un medicamento que puede revertir la sobredosis de opioides, ya que la xilacina suele estar combinada con opioides como el fentanilo."
La xilacina es conocida por causar sedación y reducir de forma peligrosa la respiración, el ritmo cardiaco y la tensión arterial en las personas. También se sabe que los daños de la xilacina y el riesgo de sobredosis mortal aumentan cuando se consume en combinación con otros depresores del sistema nervioso central como el alcohol, las benzodiacepinas y opioides como el fentanilo o la heroína. Sin embargo, los mecanismos que subyacen a los efectos de la xilacina y su interacción con los opioides son en gran parte desconocidos. En este estudio, un equipo de investigación dirigido por el Programa de Investigación Intramuros del NIDA realizó una serie de experimentos en ratas para entender mejor los efectos de la xilacina como adulterante del fentanilo y la heroína.
En la primera fase del estudio, sólo se administró la xilacina en diferentes dosis, para evaluar los efectos de la xilacina en los movimientos, la temperatura y los niveles de oxígeno en el cerebro. A pesar de administrar dosis bajas de xilacina, los investigadores observaron efectos conocidos de la droga, como sedación, relajación muscular y disminución de la temperatura del cuerpo. Los investigadores también observaron una reducción moderada de los niveles de oxígeno en el cerebro, que duró mucho tiempo, y que dependía de la dosis, lo que significa que la disminución de los niveles de oxígeno en el cerebro era más fuerte a medida que se administraba más xilacina.
En la segunda fase del estudio, se administró fentanilo o heroína para examinar los cambios en los niveles de oxígeno en el cerebro tras la exposición a estas drogas. Los investigadores después compararon los efectos que se producían entre la combinación de fentanilo y xilacina o de heroína y xilacina. En contraste con los descensos modestos y prolongados de los niveles de oxígeno cerebral observados con la xilacina, la administración de fentanilo o heroína de forma aislada generó un descenso inicial rápido y fuerte en los niveles de oxígeno cerebral, como resultado de la disminución de la respiración. Esto fue seguido por un aumento del oxígeno cerebral más lento y prolongado.
Sin embargo, cuando se administró la mezcla de xilacina-fentanilo o la mezcla de xilacina-heroína, se eliminó la subida repentina del oxígeno cerebral y, por lo tanto, los niveles de oxígeno cerebral permanecieron más bajos durante un periodo más prolongado en comparación con el fentanilo o la heroína solos. Además, la mezcla de xilacina y heroína provocó una disminución inicial mucho más fuerte y prolongada del oxígeno cerebral en comparación con la heroína sola.
Estos hallazgos sugieren que la adición de xilacina al fentanilo o la heroína altera el mecanismo que el cerebro utiliza para contrarrestar una rápida pérdida de oxígeno tras exponerse a los opioides. Por ello, los autores plantean la hipótesis de que la xilacina contribuye a las muertes por sobredosis de opioides.
"Los riesgos a los que se enfrentan las personas por una droga contaminada con fentanilo son muy preocupantes, y este estudio aporta pruebas que sugieren que la adición de xilacina intensifica esos riesgos", afirmó el Dr. Eugene A. Kiyatkin, autor principal del trabajo y científico asociado sénior de la Subdivisión de Neurociencia del Comportamiento del NIDA. " Es necesario seguir investigando para explorar cómo estas observaciones pueden aplicarse en humanos, y para continuar analizando la compleja relación entre las combinaciones de drogas ilícitas con xilacina y el riesgo de sobredosis".
En los últimos años, en los Estados Unidos se ha producido un cambio drástico en el suministro de drogas ilícitas, más que nada por la rápida expansión del fentanilo ilícito, una droga opioide sintética barata y muy potente. Como consecuencia, se ha producido un aumento enorme de las muertes por sobredosis, que ahora han llegado a más de 100.000 personas al año en Estados Unidos.
Este comunicado de prensa describe los resultados de la investigación básica. La investigación básica aumenta nuestra comprensión del comportamiento humano y de la biología, lo que es crucial para avanzar hacia nuevas y mejores formas de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades. La ciencia es un proceso impredecible e incremental: cada avance de la investigación se basa en descubrimientos anteriores, por lo general de forma inesperada. La mayoría de los avances clínicos no serían posibles sin el conocimiento de la investigación básica fundamental. Para saber más sobre la investigación básica, visite Investigación básica - Digital Media Kit (NIH) (en inglés).
Para obtener más información sobre los programas de tratamiento de drogas y salud mental disponibles en su área, llame a la línea nacional de ayuda gratuita y confidencial 1-800-662-HELP (4357) o visite www.FindTreatment.gov. (en inglés)
Referencia:
S Choi, MR Irwin, & E Kiyatkin. Xylazine effects on opioid-induced brain hypoxia. Psychopharmacology. DOI: 10.1007/s00213-023-06390-y (2023).
###
Acerca del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA): El NIDA es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El NIDA apoya la mayor parte de la investigación a nivel mundial sobre los aspectos de salud relacionados con el consumo de drogas y la adicción. El Instituto lleva a cabo una gran variedad de programas para informar a la política, mejorar la práctica y avanzar en la ciencia de la adicción. Para más información sobre el NIDA y sus programas, visite https://nida.nih.gov/es/
Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): Los NIH, la agencia de investigación médica del país incluye 27 Institutos y Centros y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Los NIH son la agencia federal principal que conduce y apoya la investigación médica básica, clínica y traslacional, y están investigando las causas, los tratamientos y las curas de enfermedades tanto comunes como raras. Para más información sobre los NIH y sus programas, visite www.salud.nih.gov
Acerca de los trastornos por consumo de sustancias: Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones crónicas y tratables de las cuales las personas se pueden recuperar. En 2021, más de 46 millones de personas en los Estados Unidos padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias. Los trastornos por consumo de sustancias se definen en parte por el consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. También es un trastorno recurrente, en el que los periodos de abstinencia (no consumir sustancias) pueden ir seguidos por un regreso al consumo. El estigma puede hacer que las personas con trastornos por consumo de sustancias sean menos propensas a buscar tratamiento. Utilizar el lenguaje preferido puede ayudar a informar con precisión sobre el consumo de sustancias y la adicción. Vea la guía del NIDA disponible en línea.
NIH… Transformación de Descubrimientos en Salud®