Las personas con trastorno por consumo de opioides que recibieron una dosis más baja de buprenorfina tuvieron una probabilidad de más de 20% de abandonar el tratamiento en comparación con las personas que recibieron una dosis más alta, según un estudio de pacientes a los que se les recetó buprenorfina en Rhode Island entre 2016 y 2020, cuando la disponibilidad del fentanilo era cada vez mayor. El estudio, publicado hoy en JAMA Network Open (en inglés), contó con el apoyo del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por su sigla en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, y fue realizado por investigadores de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island; el NIDA y el Departamento de Salud de Rhode Island.
Entre los pacientes que recién iniciaban el tratamiento con buprenorfina para el trastorno por consumo de opioides, el 59% de los pacientes que recibieron la dosis diaria de 16 miligramos recomendada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y el 53% de los pacientes que recibieron la dosis diaria superior de 24 mg abandonaron el tratamiento en un plazo de 180 días. Un análisis estadístico que permitió la comparación multivariable de estos dos grupos de dosis mostró que los pacientes a los que se había recetado la dosis recomendada (16 mg) tenían una probabilidad mucho más alta de abandonar el tratamiento entre 180 días en comparación con los que recibieron una dosis de 24 mg.
Los medicamentos para el trastorno por consumo de opioides, como la buprenorfina, pueden contribuir de forma segura y eficaz a la reducción del consumo y la sobredosis de opioides, y también a la recuperación, al disminuir el deseo de consumir opioides y aliviar los síntomas de abstinencia. Estos descubrimientos se basan en las pruebas acumuladas sobre la seguridad y eficacia de dosis más altas de buprenorfina. Los estudios han demostrado que una dosis superior a 16 mg de buprenorfina es segura y bien tolerada en las personas (en inglés) con trastorno por consumo de opioides en salas de emergencias y entornos de tratamiento ambulatorio.
"Un tratamiento eficaz puede salvar vidas, pero nuestros tratamientos comprobados para los trastornos por consumo de opioides deben evolucionar para adaptarse a los retos que plantea la crisis del fentanilo", afirmó la doctora Nora Volkow, directora del NIDA. "Si la ciencia sigue demostrando que una dosis más alta de buprenorfina aumenta la retención en el tratamiento, debemos reevaluar las directrices clínicas para optimizar el tratamiento y ayudar a las personas a lograr la recuperación."
En 2021, de las casi 107.000 muertes por sobredosis registradas, más de 70.000 fueron causadas por fentanilo, un opioide sintético aproximadamente 50 veces más potente que la heroína. La presencia cada vez mayor de fentanilo en el suministro de drogas y su consecuencia, el aumento de la tasa de muertes por sobredosis, han planteado la cuestión de si las directrices de dosificación existentes para la buprenorfina deberían modificarse para afrontar mejor los retos únicos que plantea un opioide tan potente. Actualmente, el etiquetado aprobado por la FDA establece que las dosis de mantenimiento deben oscilar entre 4 mg y 24 mg, con una dosis diaria ideal de 16 mg recomendada para la mayoría de los pacientes. Las dosis recomendadas para el tratamiento también pueden variar mucho según las necesidades del individuo y su respuesta al medicamento.
En este estudio, los investigadores examinaron de forma retrospectiva los datos de una población estatal de 6.499 residentes de Rhode Island que iniciaron buprenorfina como parte del tratamiento para el trastorno por consumo de opioides entre 2016 y 2020, un periodo de aparición y predominio del fentanilo. El objetivo era estimar la asociación entre la dosis diaria de buprenorfina de los pacientes y la retención en el tratamiento durante 180 días, un plazo que se ajusta al periodo mínimo de tratamiento considerado por los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de los Estados Unidos para medir la continuidad del tratamiento del trastorno por consumo de opioides.
La mayoría de los pacientes tenían entre 25 y 44 años, eran hombres y tenían un seguro privado o de Medicaid. Al iniciar el tratamiento con buprenorfina, a cerca del 21% (1.343 pacientes) se les recetó 8 mg, al 50% (3.264 pacientes) 16 mg y al 10% (668 pacientes) 24 mg. No se pudo analizar a los que se les recetaron más de 24 mg debido al pequeño número (0,2%, o 15 pacientes) de pacientes que recibieron esas dosis durante el periodo de estudio.
Los pacientes que recibieron una dosis de 24 mg de buprenorfina permanecieron en tratamiento durante más tiempo que los que recibieron la dosis de mantenimiento recomendada de 16 mg. Un análisis estadístico demostró que el grupo de 16 mg tenía una probabilidad de abandonar el tratamiento de un 20% superior al de los pacientes a los que se les había recetado 24 mg.
"La actual dosis recomendada de buprenorfina se derivó de estudios realizados antes de la disponibilidad generalizada del fentanilo. Ahora, estamos consultando a las personas con niveles más altos de tolerancia y dependencia a los opioides, y nuestros descubrimientos sugieren que una dosis más alta de buprenorfina - hasta 24 mg - puede ayudar a mejorar la retención del tratamiento para estas personas", dijo Rachel Wightman, M.D., Profesora Asociada de Medicina de Emergencia y Epidemiología en la Escuela de Medicina Alpert de la Universidad Brown y una de las investigadoras principales del estudio. "Tenemos la responsabilidad de preparar a los pacientes para que alcancen el éxito".
Para continuar esta investigación, los investigadores van a realizar un ensayo clínico prospectivo aleatorizado para evaluar el impacto de las dosis diarias de buprenorfina de hasta 24 mg para mejorar la retención del tratamiento y reducir la probabilidad de sobredosis y muerte. Dentro de este ensayo, los investigadores también investigarán la función de otros factores que pueden estar asociados con la retención del tratamiento, incluidas las prácticas de prescripción de los médicos, así como las circunstancias sociodemográficas y de vida de los pacientes. Los descubrimientos de este ensayo podrían, en última instancia, contribuir a actualizar las normas de tratamiento de los trastornos por consumo de opioides.
Para obtener más información sobre los programas de tratamiento de drogas y salud mental disponibles en su área, llame a la línea nacional de ayuda gratuita y confidencial 1-800-662-HELP (4357) o visite www.FindTreatment.gov. (en inglés)
Reference
LC Chambers, et al. Buprenorphine Dose and Time to Discontinuation Among Patients With Opioid Use Disorder in the Era of Fentanyl. JAMA Network Open. DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2023.34540 (2023)
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Acerca del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA): El NIDA es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El NIDA apoya la mayor parte de la investigación a nivel mundial sobre los aspectos de salud relacionados con el consumo de drogas y la adicción. El Instituto lleva a cabo una gran variedad de programas para informar a la política, mejorar la práctica y avanzar en la ciencia de la adicción. Para más información sobre el NIDA y sus programas, visite https://nida.nih.gov/es/
Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): Los NIH, la agencia de investigación médica del país incluye 27 Institutos y Centros y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Los NIH son la agencia federal principal que conduce y apoya la investigación médica básica, clínica y traslacional, y están investigando las causas, los tratamientos y las curas de enfermedades tanto comunes como raras. Para más información sobre los NIH y sus programas, visite www.salud.nih.gov
Acerca de los trastornos por consumo de sustancias: Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones crónicas y tratables de las cuales las personas se pueden recuperar. En 2021, más de 46 millones de personas en los Estados Unidos padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias. Los trastornos por consumo de sustancias se definen en parte por el consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. También es un trastorno recurrente, en el que los periodos de abstinencia (no consumir sustancias) pueden ir seguidos por un regreso al consumo. El estigma puede hacer que las personas con trastornos por consumo de sustancias sean menos propensas a buscar tratamiento. Utilizar el lenguaje preferido puede ayudar a informar con precisión sobre el consumo de sustancias y la adicción. Vea la guía del NIDA disponible en línea.
NIH… Transformación de Descubrimientos en Salud