La administración de la buprenorfina en la sala de emergencias resultó ser eficaz y seguro para las personas con trastorno por consumo de opioides que consumen fentanilo

Debido a las tasas históricamente elevadas de muertes por sobredosis en los Estados Unidos, un estudio multicéntrico de los NIH refuerza la importancia de tener un acceso continuo y sin interrupciones a los medicamentos contra la adicción.

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Doctor discussing care with a patient in the emergency room.
©Getty Images/SDI Productions

Los resultados de un ensayo clínico multicéntrico apoyado por los Institutos Nacionales de la Salud mostraron que menos del 1% de las personas con trastorno por consumo de opioides que consumen drogas entre las que se incluye el fentanilo experimentaron síntomas de abstinencia al iniciar el tratamiento con buprenorfina dentro de la sala de emergencias. Los descubrimientos, que aparecen hoy en JAMA Network Open, demuestran de manera contundente que la buprenorfina, un medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para tratar el trastorno por consumo de opioides, puede iniciarse con seguridad en la sala de emergencias sin provocar síntomas de abstinencia, incluso en personas que consumen opioides más potentes. La preocupación de los clínicos para este tipo de abstinencia puede ser un obstáculo para el uso de este tratamiento.

La abstinencia debida a los medicamentos para tratar el trastorno por consumo de opioides - conocida como abstinencia precipitada - es una experiencia debilitante que se caracteriza por la rápida aparición de síntomas como dolores, náuseas y vómitos, diarrea y calambres abdominales que pueden producirse en las dos horas siguientes a la primera dosis de buprenorfina. Aunque sólo se ha informado de casos de abstinencia precipitada por la buprenorfina en estudios de casos relativamente pequeños y en pruebas anecdóticas, algunos médicos y pacientes temen que la probabilidad de padecer un estado de abstinencia precipitado a causa de la buprenorfina pueda aumentar entre las personas que consumen fentanilo. Esto ha hecho que algunos médicos prescriban buprenorfina en dosis más bajas, en particular a las personas que consumen opiáceos ilícitos demasiado potentes, como el fentanilo. Dado que iniciar el consumo de dosis bajas de buprenorfina tras el periodo inicial de abandono de los opioides ilícitos puede ser menos eficaz para aliviar estos síntomas, es más probable que las personas vuelvan a consumir opioides ilícitos.

El estudio, apoyado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por su sigla en inglés) a través de la Iniciativa ayudando a poner fin a la adicción a largo plazo de los NIH, o Iniciativa HEAL de los NIH, debería ayudar a calmar las preocupaciones sobre la abstinencia precipitada tras el tratamiento con buprenorfina en la sala de emergencias.

"Estamos en una crisis de sobredosis y necesitamos utilizar todas las herramientas que tenemos para poder abordar esta situación", afirmó la Dra. Nora D. Volkow, directora del NIDA. "La sala de emergencias es un lugar de atención crucial para las personas con trastornos por consumo de sustancias. Este estudio proporciona más pruebas de que todos los médicos de las salas de emergencias pueden y deben utilizar la buprenorfina para ayudar a las personas a dar los primeros pasos hacia el tratamiento y la recuperación."

Existe una necesidad urgente de comprender mejor el efecto de la prevalencia del fentanilo en el suministro de drogas sobre el proceso de tratamiento de la adicción de las personas con trastorno por consumo de opioides. El estudio abordó esta cuestión de forma prospectiva al analizar los datos de 1.200 personas de 28 salas de emergencias de los Estados Unidos que participaban en un ensayo clínico en curso (en inglés). El ensayo compara el impacto relativo de una inyección semanal de buprenorfina de acción prolongada de 24 miligramos contra la administración diaria de 8 a 16 mg de buprenorfina en forma de pastilla o hoja.

El ensayo reclutó a pacientes adultos con trastorno por consumo de opioides moderado a grave y no tratado, análisis de orina positivos para opioides y negativos para metadona, y una puntuación en la Escala Clínica de Abstinencia de Opiáceos (en inglés) mayor o igual a cuatro. En este estudio, la abstinencia precipitada se definió como el momento en el que un paciente demostraba un aumento marcado de mas o igual a cinco en las puntuaciones de la Escala Clínica de Abstinencia de Opiáceos entre las dos horas después de empezar a tomar buprenorfina. Los investigadores descubrieron que, a pesar de la elevada prevalencia de consumo de fentanilo -alrededor del 70%- entre 1.200 personas con trastorno por consumo de opioides, la abstinencia precipitada se produjo en nueve de un total de 1.200 personas, es decir, en el 0,76%, y sólo en el 1% de las personas que habían consumido fentanilo. La tasa de abstinencia precipitada fue similar a la registrada en personas que consumían heroína u opioides con receta sin fentanilo.

"Los médicos deberían recomendar a los pacientes con trastorno por consumo de opioides que tomen buprenorfina cuando sea necesario", afirmó la autora principal, la doctora Gail D'Onofrio, profesora de medicina de emergencia en la Universidad de Yale, en New Haven (Connecticut). "Sabemos que menos del 23% de las personas con trastorno por consumo de opioides están recibiendo tratamiento para este trastorno, y hasta ahora sólo disponemos de unos cuantos medicamentos para el trastorno por consumo de opioides que han demostrado ser muy eficaces para la abstinencia de opioides. Si eliminamos uno de ellos, vamos a tener una brecha aún más grande entre la necesidad y el tratamiento. Esperamos que tanto los médicos como los pacientes comprendan que la buprenorfina es una opción segura y eficaz."

Estos descubrimientos refuerzan las pruebas existentes de que la administración de buprenorfina en las salas de emergencias ayuda a las personas a iniciar el tratamiento para la adicción y de que las dosis mas altas de buprenorfina (más del máximo límite estándar de 16 mg) son seguras y bien toleradas en las personas con trastorno por consumo de opioides que están experimentando síntomas de abstinencia. También fortalecen el apoyo para la ampliación del acceso a la buprenorfina. Los recientes esfuerzos políticos han eliminado las barreras al acceso, incluida la eliminación de la exención X en enero de 2023 (en inglés) y las flexibilidades iniciadas por la era COVID-19 para la prescripción de buprenorfina a través de evaluaciones por la telesalud (en inglés).

"La sala de emergencias es un punto de contacto importante para proporcionar medicamentos y recursos que pueden salvar la vida de las personas en riesgo de sobredosis", afirmó Rebecca G. Baker, doctora y directora de la Iniciativa HEAL de los NIH. " Es necesario atender a las personas donde se encuentran para afrontar la crisis de opioides que cada vez es más mortal".

Este trabajo contó con el apoyo de la Red de Ensayos Clínicos del NIDA (UG1DA015831-18S7) (en inglés), un consorcio nacional destinado a probar intervenciones sobre el consumo de drogas y ofrecer terapias basadas en pruebas a diversas poblaciones de pacientes. La Iniciativa HEAL de los NIH (en inglés) proporcionó apoyo adicional.

Para obtener más información sobre los programas de tratamiento de drogas y salud mental disponibles en su área, llame a la línea nacional de ayuda gratuita y confidencial 1-800-662-HELP (4357) o visite www.FindTreatment.gov. (en inglés)

Reference:

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Acerca del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA): El NIDA es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El NIDA apoya la mayor parte de la investigación a nivel mundial sobre los aspectos de salud relacionados con el consumo de drogas y la adicción. El Instituto lleva a cabo una gran variedad de programas para informar a la política, mejorar la práctica y avanzar en la ciencia de la adicción. Para más información sobre el NIDA y sus programas, visite nida.nih.gov/es/

Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): federal principal que conduce y apoya la investigación médica básica, clínica y traslacional, y están investigando las causas, los tratamientos y las curas de enfermedades tanto comunes como raras. Para más información sobre los NIH y sus programas, visite salud.nih.gov

Acerca de la Iniciativa HEAL de los NIH: La iniciativa Ayudando a Poner Fin a la Adicción a Largo Plazo o Iniciativa HEAL® de los NIH, es un esfuerzo agresivo y transinstitucional del NIH para acelerar las soluciones científicas que pongan fin a la crisis nacional de salud pública de los opioides. Lanzada en abril de 2018, la iniciativa se centra en mejorar las estrategias de prevención y tratamiento del uso indebido y la adicción a los opioides, y en mejorar el tratamiento del dolor. Para más información, visite: heal.nih.gov (en inglés).

Acerca de los trastornos por consumo de sustancias: Los trastornos por consumo de sustancias son afecciones crónicas y tratables de las cuales las personas se pueden recuperar. En 2021, más de 46 millones de personas en los Estados Unidos padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias. Los trastornos por consumo de sustancias se definen en parte por el consumo continuado de sustancias a pesar de las consecuencias negativas. También es un trastorno recurrente, en el que los periodos de abstinencia (no consumir sustancias) pueden ir seguidos por un regreso al consumo. El estigma puede hacer que las personas con trastornos por consumo de sustancias sean menos propensas a buscar tratamiento. Utilizar el lenguaje preferido puede ayudar a informar con precisión sobre el consumo de sustancias y la adicción. Vea la guía del NIDA disponible en línea.

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