El uso indebido de la metanfetamina—un estimulante potente y muy adictivo—continúa siendo un problema muy grave en Estados Unidos. En algunas zonas del país, la metanfetamina representa un peligro mayor que los opioides y es la droga que más contribuye a los delitos violentos.36 Según los datos de la Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas (NSDUH, por su sigla en inglés) de 2021, más de 16,8 millones de personas de 12 años o más (el 6,0% de la población) consumieron metanfetamina al menos una vez en su vida (2021 DT 1.1). En 2021, se estima que 2,5 millones de personas declararon haber consumido metanfetamina en los últimos 12 meses (2021 DT 1.42A)*2, y la droga continúa siendo una de las drogas estimulantes que más se usan en forma indebida en todo el mundo.37
El uso indebido de la metanfetamina tiene terribles consecuencias psicológicas, médicas y sociales para quien la consume. Puede causar pérdida de la memoria, conductas agresivas, comportamientos psicóticos, daños al sistema cardiovascular, malnutrición y problemas dentales graves. También se ha observado que el uso indebido de la metanfetamina contribuye a la mayor propagación de enfermedades infecciosas, como la hepatitis, el VIH y el sida.
Más allá de los efectos devastadores en la salud de quien la consume, el uso indebido de la metanfetamina representa un peligro para comunidades enteras, ya que causa nuevas olas de delitos, desempleo, negligencia o abuso infantil y otros problemas sociales. Un informe del 2009 de RAND Corporation señaló que el uso indebido de metanfetamina le costó al país aproximadamente $23,400 millones en el 2005.1
Pero la buena noticia es que es que el consumo indebido de metanfetamina se puede prevenir y la adicción a la droga se puede tratar con terapias conductuales. También continúan las investigaciones para descubrir nuevos tratamientos farmacológicos y otros tipos de terapias para el consumo de metanfetamina, incluidos medicamentos, vacunas y la estimulación no invasiva del cerebro por medio de campos magnéticos. Las personas pueden recuperarse de la adicción a la metanfetamina—y en efecto lo hacen—si tienen acceso simple a tratamientos eficaces que aborden los muchos problemas médicos y personales que causa el consumo prolongado de la droga.
*La pandemia del COVID-19 afectó a la recopilación de datos para la Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas (NSDUH, por su sigla en inglés) de 2021. Si desea más información, consulte las preguntas frecuentes de la NSDUH 2021 (en inglés) de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias.