Puntos destacados
- El cannabis se refiere a las hojas secas, las flores, los tallos y las semillas de la planta de cannabis. La planta tiene muchos compuestos químicos diferentes, entre ellos el tetrahidrocannabinol (THC), que produce efectos embriagadores que alteran la mente.
- Los productos del cannabis con THC pueden provocar cambios en el estado de ánimo, los pensamientos y la percepción de la realidad. Estos productos también pueden causar efectos dañinos en la salud en el cerebro y otras partes del cuerpo. En los últimos años, se ha producido un gran aumento de la variedad de productos de cannabis y de la cantidad de THC que contienen, así como una mayor variedad de formas en que la gente puede consumirlos. A menos que se mencione lo contrario, la información de esta página web se refiere a productos de cannabis que contienen THC.
- El NIDA financia la investigación sobre los efectos de los productos del cannabis en la salud, incluso su impacto en el cerebro en desarrollo y en la salud mental. El instituto también apoya la investigación sobre la prevención y los tratamientos del trastorno por consumo de cannabis, los posibles usos terapéuticos del cannabis y las repercusiones de las políticas sobre el cannabis en la salud pública.
El cannabis, también conocido como marihuana, se refiere a las hojas secas, las flores, los tallos y las semillas de la planta Cannabis sativa L. La planta contiene al menos 125 cannabinoides diferentes ,1 incluido el delta-9 tetrahidrocannabinol (THC). El delta-9 THC es la forma más abundante de THC en la planta de cannabis. Tiene efectos intoxicantes, lo que significa que puede alterar temporalmente el estado de ánimo, los pensamientos y las percepciones de una persona.
La planta Cannabis sativa L también contiene compuestos cannabinoides no intoxicantes como el cannabidiol (CBD). Los productos con CBD se comercializan para una amplia variedad de usos. Las plantas de Cannabis sativa L que contienen cantidades muy pequeñas y no tóxicas de delta-9 THC, también conocido como cáñamo, se usan principalmente para la fibra textil y por sus aceites de semillas comestibles. A menos que se mencione lo contrario, la información de esta página web sólo se refiere a los productos del cannabis que contienen cantidades intoxicantes de THC delta-9.
La gente suele consumir el cannabis fumando material de la planta seca (“cogollos” o “hierba”) en porros (joints) como un cigarrillo, en blunts -cigarros o envoltorios de puros que se han rellenado parcial o totalmente con cannabis- o en pipas o bongs (pipas de agua). El cannabis seco también se puede vaporizar usando dispositivos electrónicos de vaporización como los vaporizadores de hierba seca y los vaporizadores portátiles (vape pens).
Sin embargo, además de la flor de la planta de cannabis, existen muchos productos fabricados con la planta de cannabis y constantemente se desarrollan y venden otros nuevos. Entre ellos se incluyen:
- Aceites y concentrados. Los compuestos del cannabis también se pueden extraer para hacer aceites y concentrados que se pueden vaporizar o inhalar con dispositivos parecidos a los cigarrillos electrónicos. Fumar o vaporizar aceites o extractos muy concentrados, también llamados cera o shatter, de la planta de cannabis lo que se conoce como dabbing. El dabbing puede introducir cantidades elevadas de THC en el organismo de forma muy rápida, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios negativos.
- Comestibles. El cannabis también se puede mezclar o añadir a alimentos como productos horneados, caramelos, gomitas y bebidas. Los comestibles suelen tardar más en mostrar sus efectos. Como resultado, es posible que la gente consuma más cantidad del producto, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan efectos negativos graves para la salud.
- Tinturas. Las tinturas son alcoholes o aceites con infusión de cannabis que se consumen en pequeñas cantidades bajo la lengua o añadiéndolas a alimentos o bebidas. Esta forma de cannabis también puede introducir grandes cantidades de THC en el organismo.
- Lociones y bálsamos. Son productos que se aplican directamente sobre la piel.2
Sí. Entre 1995 y 2022, la potencia (en inglés) (fuerza) del delta-9 THC en los productos ilegales de cannabis confiscados por las autoridades se cuadruplicó, pasando del 3,96% al 16,14%. La flor de cannabis y los concentrados de los dispensarios pueden tener concentraciones de THC superiores al 40%.3 Las concentraciones más elevadas de THC se han asociado a una mayor probabilidad de que el consumo de cannabis evolucione hacia un trastorno por consumo, entre otros problemas de salud.4
El delta-8 THC es otro cannabinoide intoxicante que se encuentra en la planta de cannabis. Los productos con delta-8 THC no han sido aprobados por la FDA para su consumo seguro. El consumo de grandes cantidades de productos que contienen delta-8 THC ha provocado emergencias médicas, incluidos problemas respiratorios.5,6 Existe una investigación limitada sobre los efectos para la salud del delta-8 THC y otros cannabinoides intoxicantes y compuestos relacionados, incluidos el delta-10-THC, el THC-O-acetato, el THCV, el THCP, el HHC, el HHC-O-acetato, el HHCP y el CBN.
El cannabidiol (CBD) es un compuesto que se encuentra en la planta de cannabis. El CBD se comercializa como ingrediente en muchos productos de consumo, como suplementos, alimentos, aceites y lociones. El CBD no es intoxicante como el THC.7 Sin embargo, puede tener efectos secundarios como somnolencia, disminución del apetito, vómitos y diarrea.8 Se ha descubierto que los productos contienen cantidades de CBD diferentes de las que indican sus etiquetas, y se ha descubierto que algunos productos comercializados como CBD también contienen THC.9 Lea más sobre el CBD (en inglés) en la página web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por su sigla en inglés).
Los cannabinoides sintéticos, que son sustancias fabricadas en laboratorio y químicamente similares a los compuestos que se encuentran en la planta de cannabis, pueden producir graves efectos negativos para la salud.10 Estos productos, también conocidos como “Spice” o K2, pueden tener una concentración mucho mayor de THC y pueden ser mucho más potentes. El consumo de cannabinoides sintéticos se asocia a efectos graves para la salud, potencialmente mortales.11,12
El cannabis puede afectar a las personas de forma diferente dependiendo de:13,14,15,16
- La cantidad consumida.
- La potencia (concentración de THC).
- Los ingredientes del producto.
- La forma en que se consume.
- Otras drogas que la persona pueda haber consumido.
- Las condiciones médicas subyacentes de una persona.
- Edad, sexo y diferencias genéticas
- La experiencia de una persona con el consumo de cannabis.
Intoxicación
Muchas personas consumen el cannabis para sentirse intoxicadas o “high”.17 El cannabis puede hacer que la gente se sienta más feliz o relajada. El cannabis puede provocar una alteración de la percepción del tiempo y alterar el pensamiento, la memoria y los movimientos corporales. También puede hacer que la gente se sienta más irritable o inquieta.18
Ansiedad, miedo, desconfianza, pánico o alucinaciones
Estos efectos son más comunes cuando una persona consume una gran cantidad, el producto de cannabis es fuerte (tiene un alto nivel de THC), o la persona tiene poca experiencia usando cannabis.19,20,21
Efectos secundarios físicos
Entre los síntomas más comunes del consumo de cannabis se encuentra el aumento del apetito.22 Las investigaciones demuestran que el consumo de cannabis puede ayudar a controlar los síntomas de náuseas o vómitos, efectos secundarios comunes de la quimioterapia.23 Sin embargo, otros efectos secundarios pueden incluir un ritmo cardiaco elevado y problemas respiratorios.20,24
La ingesta de comestibles de cannabis por parte de niños, como las gomitas, es una preocupación cada vez mayor en materia de salud. Esto suele ocurrir por accidente y puede dar lugar a hospitalizaciones y enfermedades graves.25,26 El consumo de grandes cantidades de productos que contienen delta-8-THC ha provocado emergencias médicas, incluso entre niños.27,28
Daños para la salud pulmonar
El humo de los productos del cannabis contiene muchas de las mismas toxinas, irritantes y carcinógenos que el humo del tabaco, y fumar cannabis también puede dañar el tejido pulmonar.29,30 Fumar cannabis a largo plazo se asocia con problemas respiratorios como inflamación de las vías respiratorias grandes, aumento de la resistencia de las vías respiratorias, hiperinflación pulmonar y bronquitis crónica.31,32,33 Sin embargo, se necesita más investigación, ya que las altas tasas de consumo de tabaco entre las personas que también consumen cannabis hacen que sea difícil distinguir los efectos del cannabis por sí solo.34,33
Efectos sobre la salud mental
El consumo de cannabis se ha relacionado con ciertas enfermedades mentales. Lea más sobre el consumo de cannabis y la salud mental.
Efectos cardiovasculares
El cannabis puede aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial justo después de su consumo. Algunas investigaciones muestran una asociación entre el consumo prolongado de cannabis y un mayor riesgo de ictus, infarto de corazón y arritmias.35,36 Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar si existe una conexión directa entre el consumo de cannabis y las enfermedades cardiovasculares, o si intervienen otros factores.37
Problemas gastrointestinales
Entre ellos se incluye el síndrome de hiperémesis cannabinoide (SHC), que se produce cuando una persona tiene náuseas, vómitos y dolor abdominal tras un consumo prolongado e intenso de cannabis.38 Otros posibles problemas gastrointestinales son el reflujo ácido, la pancreatitis y la úlcera péptica.39
Mayor riesgo de cáncer
Las investigaciones han relacionado el consumo de productos derivados del cannabis con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de cabeza, cuello o garganta,40 sobre todo en las personas que fuman cannabis.41
El consumo frecuente o intenso de cannabis se ha relacionado con problemas en funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento, la función motora perceptiva y el lenguaje.42,43,44,45
Algunas pruebas han relacionado el consumo de cannabis con una aparición más temprana de psicosis en personas con factores genéticos de riesgo de trastornos psicóticos, incluida la esquizofrenia, así como con un empeoramiento de los síntomas en personas que ya padecen estas afecciones. Se ha descubierto que la asociación entre el consumo intensivo de cannabis y la esquizofrenia es especialmente fuerte en los varones jóvenes en comparación con las mujeres. La intoxicación por cannabis también puede inducir un episodio psicótico temporal en algunas personas, especialmente en dosis elevadas. Experimentar un episodio de este tipo puede estar relacionado con el desarrollo de un trastorno psicótico más adelante en la vida.46
Algunas investigaciones también han demostrado un mayor riesgo de depresión en las personas como consecuencia del consumo de cannabis durante la adolescencia.47 Las investigaciones también han relacionado el consumo de cannabis con pensamientos y comportamientos suicidas entre adolescentes48 y veteranos militares en Estados Unidos.49,50
Aunque las personas con trastornos mentales y síntomas relacionados son más propensas a consumir cannabis,51 muchos factores que influyen en la salud mental -como los genes, los traumas y el estrés- también influyen en la probabilidad de que alguien consuma drogas, incluido el cannabis. Teniendo en cuenta estas vulnerabilidades genéticas y ambientales relacionadas, se necesitan datos adicionales de investigaciones prospectivas y longitudinales (estudios que miden la salud de los participantes durante largos periodos de tiempo) para determinar si el cannabis puede causar o contribuir a una mala salud mental, en qué medida y para quién.
El síndrome de hiperémesis cannabinoide (SHC) se produce cuando una persona tiene náuseas, vómitos y dolor abdominal después del consumo prolongado e intenso de cannabis.40 Puede reaparecer y a veces requiere atención médica. La gente a veces intenta aliviar temporalmente sus síntomas dándose duchas o baños calientes. Sin embargo, el CHS sólo se resuelve cuando la persona deja de consumir cannabis por completo.52,53
El humo de segunda mano de los productos del cannabis tiene muchas de las mismas toxinas, irritantes y carcinógenos que el humo de segunda mano del tabaco.54 En algunos entornos, el humo de segunda mano del cannabis puede producir resultados positivos en las pruebas de detección de drogas de cannabis.55 Un estudio realizado en una cafetería bien ventilada encontró niveles bajos de THC en la sangre de transeúntes no fumadores. 56
La exposición de segunda mano también puede producir resultados positivos en los análisis de orina.57,58 Esto también es cierto en el caso de los niños. Se han reportado pruebas de orina positivas en niños expuestos al cannabis de segunda mano en sus casas o en casas anexas,59 lo que puede provocar infecciones respiratorias. 60
El consumo de cannabis durante el embarazo puede tener efectos perjudiciales para la salud del bebé después del nacimiento. Las investigaciones lo han relacionado con un menor peso al nacer, parto prematuro, hospitalización, muerte en el primer año de vida y otros resultados negativos.61,62 Dado el potencial del cannabis para afectar negativamente al cerebro en desarrollo, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que los ginecólogos-obstetras aconsejen a las mujeres que no consuman cannabis mientras intentan quedarse embarazadas, durante el embarazo y durante la lactancia.
El NIDA apoya el Estudio HEALthy sobre el cerebro y el desarrollo infantil (HBCD, por su sigla en inglés) (en inglés) que hará un seguimiento de una gran población de madres y sus bebés desde el periodo prenatal hasta los 10 años. Este estudio pretende comprender mejor el desarrollo saludable y aportar datos sobre cómo la exposición temprana al cannabis y otras sustancias, los factores estresantes y los traumas afectan al desarrollo del cerebro y a la salud mental, y cómo reducir los resultados adversos.
El consumo crónico, intenso o casi diario de productos de cannabis con THC se asocia con el desarrollo del trastorno por consumo de cannabis, un tipo de trastorno por consumo de sustancias. Los estudios han estimado que entre el 22% y el 30% de las personas que consumen cannabis padecen este trastorno.63,64 El factor predictivo más importante del trastorno por consumo de cannabis es la frecuencia con la que se consume, pero también pueden influir otros factores, como los antecedentes familiares de consumo de drogas y el tiempo que una persona lleva consumiendo cannabis.65
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) -un texto de referencia publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría que los profesionales de la salud utilizan para diagnosticar los trastornos por consumo de sustancias y otros trastornos psiquiátricos- define el trastorno por consumo de cannabis como un patrón de consumo que conduce a un deterioro o malestar clínicamente significativo. Esto significa que una persona ha tenido dos o más de los siguientes síntomas en un periodo de 12 meses:
- Consumo de cannabis en cantidades mayores o durante un periodo más largo de lo previsto.
- Deseo persistente o esfuerzos sin éxito de reducir o controlar el consumo de cannabis.
- Pasar mucho tiempo consiguiendo, consumiendo o recuperándose de los efectos del cannabis.
- Antojo, o un fuerte deseo o impulso de consumir cannabis.
- Consumir cannabis, aunque cause problemas en el trabajo, la escuela o el hogar.
- Seguir consumiendo cannabis a pesar de los problemas sociales o de pareja.
- Renunciar a aficiones importantes, o a actividades con amigos y familiares, o en el lugar de trabajo para consumir cannabis.
- Consumir cannabis en situaciones con riesgo de lesiones.
- Consumo continuado a pesar de saber que los problemas físicos o psicológicos en curso han sido causados o empeorados por el consumo de cannabis.
- Tolerancia al cannabis, que es una necesidad de mayores cantidades de cannabis para conseguir el efecto deseado.
- Síntomas de abstinencia tras dejar de consumir cannabis.
El trastorno por consumo de cannabis puede diagnosticarse como leve (cuando una persona presenta dos o tres de estos síntomas), moderado (cuatro o cinco de estos síntomas) o grave (seis o más de estos síntomas).
Una persona puede tener síntomas de abstinencia después de dejar de consumir cannabis o de disminuir significativamente su consumo intenso o prolongado, aunque no padezca trastorno por consumo de cannabis. Un estudio estimó que el 12,1% de las personas que consumen cannabis con frecuencia experimentan síndrome de abstinencia.66 Los síntomas de abstinencia pueden incluir ira, irritabilidad, agresividad, sensación de nerviosismo o ansiedad, inquietud, disminución del apetito o del peso, depresión, insomnio, experimentar sueños extraños o inquietantes, dolores de cabeza, sudación, dolor abdominal y temblores. 65,67
Las investigaciones demuestran que las intervenciones conductuales como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de refuerzo de la motivación y la gestión de contingencias pueden ser eficaces para tratar el trastorno por consumo de cannabis.68 Lea más sobre los tratamientos conductuales para los trastornos por consumo de sustancias (en inglés) en la página web del Instituto Nacional de la Salud Mental. Actualmente no hay medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento del trastorno por consumo de cannabis o para la abstinencia asistida médicamente,69 pero la investigación está en curso.
Los productos derivados del cannabis se encuentran entre las primeras sustancias, junto con el alcohol y el tabaco, a las que una persona puede llegar a tener contacto en su vida,70 y las personas que consumen sustancias suelen consumir éstas antes de probar otras. Aun así, la mayoría de las personas que consumen o han consumido cannabis no pasan a consumir otras sustancias más adelante en su vida.71
Sin embargo, los factores de riesgo del consumo de cannabis son similares a los factores de riesgo del consumo de otras drogas con potencial de adicción,72 y los estudios han asociado el consumo de cannabis con el desarrollo de un trastorno por consumo de cannabis. En particular, consumir estos productos a una edad más temprana aumenta la probabilidad de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis más adelante en la vida.73,74 Además, el consumo de cannabis puede provocar cambios cerebrales que pueden hacer que una persona sea más propensa a desarrollar una adicción a otras drogas. 75
Los estudios han descubierto que el consumo de cannabis puede afectar a la capacidad de una persona para conducir.76 Es la droga que se encuentra con más frecuencia en la sangre de los conductores implicados en accidentes de tráfico, incluidos los mortales.77 Varios análisis de investigación han descubierto que el riesgo de estar implicado en un accidente aumentaba tras el consumo de cannabis.76,78,79 Sin embargo, un estudio realizado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras no encontró un aumento significativo del riesgo de accidente que pudiera atribuirse al consumo de cannabis.80
La adolescencia es un periodo importante de desarrollo cerebral, y el consumo de cannabis puede afectar al cerebro y provocar efectos dañinos a largo plazo.81,82 Los estudios demuestran que el consumo regular y elevado de cannabis en la adolescencia se asocia a efectos negativos sobre la memoria funcional, la velocidad de procesamiento,83 la memoria verbal,84 y el funcionamiento académico.85 También se asocia con efectos negativos sobre el nivel educativo, el empleo y los ingresos en la edad adulta joven.86
El consumo de cannabis a una edad temprana también se ha relacionado con otras condiciones de salud mental, incluyendo la probabilidad de desarrollar psicosis87 y de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis más adelante en la vida.
La encuesta Monitoring the Future (en inglés), financiada por el NIDA, analiza el consumo de drogas y alcohol y las actitudes relacionadas entre los estudiantes adolescentes de todo el país. Encuentre aquí datos recientes de la encuesta relacionados con el consumo de cannabis (en inglés). El NIDA apoya el Estudio del Desarrollo Cognitivo y Cerebral del AdolescenteSM (Estudio ABCD®), que sigue a casi 12.000 niños de 9 y 10 años -antes de que comience el consumo de sustancias- hasta la edad adulta joven.
El Estudio ABCD® explora los efectos de los factores ambientales, sociales, genéticos y otros factores biológicos en el cerebro adolescente en desarrollo. Este estudio proporcionará información fundamental sobre los factores de riesgo y de resistencia al consumo de cannabis y otras sustancias, que servirá de base para futuras intervenciones de prevención. Consulte los resultados del Estudio ABCD® sobre la exposición al cannabis para obtener más información.
En los últimos años, los adultos de 50 años o más han experimentado el mayor aumento en el consumo de cannabis en comparación con cualquier otro grupo de edad, con el mayor incremento entre los mayores de 65 años.88,89 Los estudios sugieren que los adultos mayores consumen cannabis principalmente para tratar por sí mismos las afecciones crónicas como el dolor y los trastornos musculoesqueléticos, los trastornos del sueño, la ansiedad y la depresión, el cáncer, el glaucoma, la enfermedad de Parkinson y el VIH/SIDA.90,91,92
Algunas investigaciones sugieren que el consumo de cannabis puede tener efectos diferentes en el cerebro de los adultos mayores en comparación con los adolescentes o adultos jóvenes que consumen cannabis.93,94 El cannabis también puede interactuar con otros medicamentos que puedan estar tomando los adultos mayores, como la warfarina, los opioides y las benzodiacepinas.95,96
A pesar de que los productos a base de cannabis y cannabinoides se comercializan para diversos usos terapéuticos y están disponibles en muchos estados en los dispensarios de cannabis medicinal, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por su sigla en inglés) no ha aprobado el consumo de ningún producto que contenga material vegetal de cannabis entero para cualquier tipo de uso.
Sin embargo, la FDA ha aprobado medicamentos sintéticos a base de THC (dronabinol y nabilona) para tratar las náuseas y los vómitos asociados a la quimioterapia contra el cáncer. El dronabinol también está aprobado para tratar la anorexia y la pérdida de peso asociadas al VIH/SIDA. La FDA también ha aprobado un medicamento a base de cannabidiol derivado de la planta para tratar las convulsiones asociadas a formas raras de epilepsia.
Hay pruebas de que el cannabis puede ser eficaz en el tratamiento de algunas clases de dolor, y están apareciendo pruebas de que puede tener usos terapéuticos adicionales. La investigación continuará explorando los efectos terapéuticos potenciales del cannabis para ayudar a informar las decisiones individuales y de salud pública, incluyendo estrategias para minimizar los daños potenciales asociados con el consumo de cannabis.
Es importante consultar con un médico antes de consumir cannabis y productos cannabinoides para tratar afecciones médicas. Aunque las investigaciones demuestran que la población de Estados Unidos considera cada vez más que el consumo de cannabis es de bajo riesgo, puede causar efectos negativos en la salud y puede interactuar con otros medicamentos que una persona esté tomando.97
- El NIDA financia la investigación sobre el sistema endocannabinoide, los compuestos cannabinoides y los efectos del cannabis en la salud para apoyar la salud individual y pública.
- La investigación del Instituto apoya el desarrollo de nuevos tratamientos para el trastorno por consumo de cannabis. También incluye la investigación sobre los factores subyacentes al consumo de sustancias y a los trastornos por consumo de sustancias, y sobre el desarrollo de nuevas estrategias de prevenir los trastornos por consumo de sustancias.
- El NIDA apoya la epidemiología, la investigación de políticas y la investigación de resultados de salud pública relacionados con el consumo de cannabis, incluyendo la encuesta Monitoring the Future (en inglés) y un registro de consumo de cannabis medicinal. (en inglés)
- El NIDA también da apoyo al Estudio HEALthy sobre el Cerebro y el Desarrollo Infantil (HBCD) (en inglés), el mayor estudio a largo plazo sobre el cerebro temprano y el desarrollo infantil en Estados Unidos. El estudio recogerá información sobre los participantes durante el embarazo, en el momento del nacimiento y a lo largo de la primera infancia. Un subconjunto de participantes incluirá bebés que estuvieron expuestos al cannabis durante el embarazo o la infancia.
- El Estudio sobre el Desarrollo Cognitivo y Cerebral del AdolescenteSM (Estudio ABCD®) investiga los impactos de la exposición al cannabis a lo largo de la vida, desde el periodo prenatal, pasando por la adolescencia y la juventud, hasta la edad adulta más avanzada.
- El NIDA también financia la investigación sobre los posibles usos terapéuticos del cannabis y los cannabinoides para reducir el consumo de otras sustancias, incluidos los opioides.
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Más información sobre el cannabis
- Lea más sobre el cannabis (en inglés) en la página web de los CDC.
- Obtenga más información sobre la regulación de los productos que contienen cannabis (en inglés) o compuestos derivados del cannabis de la FDA.
- Encuentre información y estadísticas sobre manejar bajo los efectos de las drogas de La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras.
- Encuentre información básica sobre el cannabis en MedlinePlus, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina.
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