La heroína se adhiere a receptores específicos en el cerebro y los activa. Estos receptores se conocen como receptores opioides mu (ROM). El organismo humano contiene sustancias químicas que se presentan naturalmente llamadas neurotransmisores, los cuales se adhieren a esos receptores en el cuerpo y el cerebro y regulan el dolor, la liberación de hormonas y las sensaciones de bienestar.9 Cuando los ROM son activados en el centro de recompensa del cerebro, estimulan la liberación del neurotransmisor llamado dopamina, lo que causa la reafirmación de la conducta que lleva al consumo de la droga.10 Las consecuencias de activar los receptores opioides con la administración de opioides externos (versus las sustancias químicas que están presentes en forma natural en el organismo) dependen de una variedad de factores: cuánto se consume, en qué lugar del cerebro o del cuerpo se produce la fijación a los receptores, cuán fuerte es la fijación y cuánto dura, con qué rapidez llega allí la droga y qué sucede después.