El humo que producen los productos combustibles de tabaco contiene más de 7,000 sustancias químicas. La nicotina es el componente primario de refuerzo de conducta en el tabaco y es la sustancia que induce la adicción.20,21 Al tabaco se le agregan cientos de compuestos para realzar su sabor y mejorar la absorción de la nicotina.22 Fumar cigarrillos es la forma más común de consumir tabaco; no obstante, muchas personas utilizan productos de tabaco sin humo como, por ejemplo, tabaco para mascar y snuff (tabaco molido para aspirar), que también contienen nicotina (véase "Otros productos de tabaco"). En los últimos años se ha popularizado el uso de los cigarrillos electrónicos, que administran nicotina pero no contienen otras sustancias químicas que se encuentran en el tabaco (véase "¿Qué son los cigarrillos electrónicos?").
El cigarrillo es un sistema de administración de droga muy eficiente con un diseño esmerado. Al inhalar el humo del tabaco, el fumador promedio absorbe 1 a 2 miligramos de nicotina por cigarrillo. Cuando se fuma tabaco, la nicotina alcanza rápidamente los niveles máximos en el flujo sanguíneo e ingresa al cerebro. Un fumador típico aspira hasta 10 veces un cigarrillo en los escasos 5 minutos que lo mantiene encendido.23 Esto significa que al fumar diariamente un paquete de 20 cigarrillos se estimula el cerebro con nicotina unas 200 veces al día. Los que no inhalan el humo —como los fumadores de cigarros y pipas o quienes consumen tabaco sin humo— absorben la nicotina por las membranas mucosas de la boca y alcanzan los niveles máximos de absorción en la sangre y en el cerebro en forma más lenta.
Inmediatamente después de la exposición a la nicotina se produce una «subida», debido en parte a la estimulación de las glándulas adrenales que genera la droga, lo cual provoca una descarga de epinefrina (adrenalina). Esta liberación de adrenalina estimula el cuerpo y provoca un aumento de la presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardíaco.24 Al igual que otras drogas, la nicotina también activa los circuitos de recompensa del cerebro, los cuales regulan el refuerzo de la conducta y la sensación de placer.20,21