Hay una comorbilidad importante entre el consumo de tabaco y los trastornos mentales. Las personas con enfermedades mentales fuman a una tasa dos a cuatro veces mayor que la de la población en general. Desde 2009 hasta 2011, el 36.1% de las personas con enfermedades mentales fumaron, en comparación con el 21.4% de los adultos sin enfermedad mental.140 Los índices de tabaquismo son especialmente altos entre los pacientes con enfermedades mentales graves (es decir, los que demuestran mayor discapacidad funcional). Si bien las estimaciones varían, entre el 70 y el 85% de las personas con esquizofrenia y entre el 50 y el 70% de las personas con trastorno bipolar fuman.141,142
Los índices de tabaquismo más altos se dieron entre las personas con enfermedades mentales, las personas con bajo nivel de educación y las personas que viven por debajo del umbral de pobreza.143 Datos longitudinales de NSDUH (2005–2013) indican que el tabaquismo entre los adultos con trastornos crónicos ha disminuido significativamente, pero continúa siendo particularmente alto entre quienes reportan ansiedad, depresión y trastornos por consumo de drogas.3 Se cree que el tabaquismo tiene más prevalencia entre las personas con depresión y esquizofrenia porque la nicotina podría aliviar temporalmente los síntomas de estas enfermedades, como la poca concentración, el estado de ánimo deprimido y el estrés.144–146 Pero es importante observar que el dejar de fumar se ha vinculado con el mejoramiento de la salud mental —inclusive con reducción de la depresión, la ansiedad y el estrés— y con un mejor estado de ánimo y calidad de vida.147
Los análisis de datos longitudinales de NSDUH también hallaron una mayor prevalencia de consumo de tabaco sin humo entre las personas con trastornos de salud mental y trastornos por consumo de drogas.3 Otra investigación basada en los datos de la encuesta National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions halló que todos los tipos de dependencia de drogas estaban asociados con la dependencia de nicotina.148 El tabaquismo también es altamente prevalente entre las personas que están en tratamiento por trastornos por el consumo de drogas,149 y la mayoría de los estudios hallaron índices del 65 al 85% entre los pacientes que estaban en tratamiento por adicción.149
Además, los fumadores que sufren un trastorno de salud mental tienden a fumar más cigarrillos que la población en general. La cantidad promedio de cigarrillos fumados el mes anterior fue mayor entre quienes tenían una enfermedad mental que entre las personas sin enfermedad mental: 331 versus 310.150 El alto consumo de cigarrillos es un problema particular para quienes sufren una enfermedad mental grave. Si bien los adultos con enfermedades mentales graves representaron solo el 6.9% de los fumadores el mes anterior, el grupo consumió el 8.7% de todos los cigarrillos vendidos, según datos de la encuesta NSDUH del período 2008–2012.151
Alta prevalencia de tabaquismo entre las personas con esquizofrenia
Los investigadores están trabajando para identificar los circuitos del cerebro que contribuyen a la alta prevalencia del tabaquismo entre las personas con esquizofrenia. La esquizofrenia está asociada con extensas reducciones en la conectividad funcional entre la corteza del cíngulo anterior dorsal y diversas partes del sistema límbico. Un informe identificó 15 circuitos en los que la reducción de la conectividad funcional estuvo correlacionada con la gravedad de la adicción a la nicotina.152
Las personas con trastornos mentales o trastornos por el consumo de drogas no dejan de fumar en la misma proporción que la población general.4 Las respuestas a encuestas de personas que han fumado en algún momento de su vida indicaron que eran menos los fumadores con enfermedad mental que habían dejado de fumar en comparación con quienes no tenían trastornos psiquiátricos: el 47.4% de las personas sin enfermedad mental que han fumado alguna vez en la vida fumó el mes anterior, comparado con el 66% de quienes sufren una enfermedad mental.150 Tener una enfermedad mental al momento de abandonar el tabaquismo es un factor de riesgo para la recaída, incluso para quienes se han mantenido en la abstinencia durante más de un año.153 Muchos fumadores con enfermedad mental quieren dejar de fumar por las mismas razones que citan otros (como la salud y la familia), pero podrían ser más vulnerables a las recaídas asociadas con el estrés y los sentimientos negativos.154
La disparidad en la prevalencia del tabaquismo está costando vidas. Un estudio reciente halló que las enfermedades relacionadas con el tabaco representaron aproximadamente el 53% de las muertes de personas con esquizofrenia, el 48% de las muertes de personas con trastorno bipolar y el 50% de las muertes de personas con depresión.155
Desde la década de 1980, muchos proveedores de atención médica han creído que las personas con esquizofrenia fuman para aliviar síntomas como la poca concentración, el decaimiento del estado de ánimo y el estrés.147 Pero las investigaciones ahora están mostrando que el tabaquismo está asociado con peores resultados de salud conductual y física en las personas con enfermedades mentales, y dejar de fumar está mostrando beneficios claros para esta población.147,156 Programas integrales para el control del tabaco y mejores esfuerzos para prevenir y tratar la adicción a la nicotina entre quienes sufren una enfermedad mental reducirían las enfermedades y las muertes. El tratamiento integrado —terapias concurrentes para la enfermedad mental y la adicción a la nicotina— probablemente arroje los mejores resultados.157
Los fumadores que reciben tratamiento para la salud mental tienen índices más altos de éxito para dejar de fumar que quienes no lo reciben.6 Además, los tratamientos basados en la evidencia que dan resultado en la población general también son eficaces para los pacientes con enfermedades mentales. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia mostraron mejores índices de cesación del tabaquismo con el fármaco bupropión en comparación con quienes recibieron un placebo, y sus síntomas psiquiátricos no empeoraron.158,159 La combinación del fármaco vareniclina y el apoyo conductual ha mostrado ser promisoria para ayudar a las personas con trastorno bipolar y trastorno depresivo profundo a dejar de fumar, sin empeorar los síntomas psiquiátricos.160 Un ensayo clínico halló que una combinación de vareniclina con terapia cognitivo conductual (TCC) fue más eficaz que la TCC por sí sola para ayudar a las personas con enfermedades mentales graves a dejar de fumar por un período prolongado (después de un año de tratamiento y a los 6 meses de la finalización del tratamiento).161