Fumar durante el embarazo está relacionado con una serie de resultados desfavorables en el nacimiento, entre ellos:
- bajo peso al nacer y nacimiento prematuro 58,59
- crecimiento restringido de la cabeza 60
- problemas con la placenta 61
- mayor riesgo de que el bebé nazca muerto 62
- mayor riesgo de aborto espontáneo 62,63
La exposición prenatal al humo se ha vinculado también con otras consecuencias en la salud y el desarrollo de los niños, entre ellas:
- función pulmonar disminuida, sibilancia persistente y asma, posiblemente por la metilación del ADN64
- dificultades visuales, como estrabismo, errores de refracción y retinopatía65
Desafortunadamente, el tabaquismo en las mujeres embarazadas es común. En 2014, el 8,4% de las mujeres fumaron en algún momento del embarazo. Los índices fueron más altos para las mujeres indoamericanas y nativas de Alaska de entre 20 y 24 años: del 13 y el 18%, respectivamente.66 Una quinta parte de las mujeres que fumaron durante los primeros 6 meses de embarazo dejaron de hacerlo en el tercer trimestre. Las tasas generales de cesación fueron más altas para quienes tenían mayor nivel educativo y un seguro privado.66 Por lo tanto, existe una clara necesidad de expandir el tratamiento para dejar de fumar a las mujeres más jóvenes y a las de condición socioeconómica más baja (véase el recuadro "Cesación del tabaquismo en las mujeres embarazadas").